«La pretensión de suprimir el Consejo Consultivo ya es agua pasada»

María Jesús Gallardo (Castillo de Locubín, Jaén, 1965) fue otra de las invitadas de Íñigo. No tuvo la mis misma repercusión que las extravagancias de Uri Geller, pero sus méritos no eran menores: con solo diez años había escrito cinco novelas. Por aquel entonces, María Jesús (que también apareció en otro entrañable clásico televisivo de la época: 'Un globo, dos globos, tres globos...')quería ser periodista y así se lo dijo a Íñigo. Pero creció y aquella vocación se diluyó.

La joven Gallardo se debatía entre el Derecho y la Medicina, pero su aversión a las agujas le animó a inclinarse por las leyes. «Sigo leyendo todo lo que puedo sobre medicina. Es una de mis lecturas favoritas», indica.

Con el Derecho no le fue nada mal. Estudió la carrera en Granada y se doctoró con premio extraordinario. Luego logró el título de catedrática de la Universidad de Jaén, ha sido magistrada sustituta en la Audiencia de su provincia natal y está considerada una autoridad en Derecho Administrativo, su especialidad.

Y su ascenso no para. María Jesús asumió ayer la presidencia del Consejo Consultivo de Andalucía en sustitución del también catedrático Juan Cano Bueso, que llevaba la friolera de 20 años en el cargo. «La pretensión de suprimir el Consejo Consultivo ya es agua pasada», dice María Jesús en esta entrevista en alusión a la arrumbada promesa electoral del gobierno de la Junta conformado por el PP y Ciudadanos (y apoyado por la ultraderecha) de prescindir de la institución.

En este sentido, la flamante presidenta, que es consejera del organismo desde 2018, va a poner especial empeño en dar a conocer el trabajo del Consejo Consultivo, que, contrariamente a lo que pudiera parecer, está muy pegado a la tierra. Por ejemplo, los juristas que lo integran analizan y dictaminan si una persona que ha sido víctima de un error médico merece ser indemnizado. «Pido a los ciudadanos que nos usen», enfatiza la nueva máxima responsable de la institución.

–Le ha tocado sustituir a Juan Cano Bueso, el cargo de la Junta de Andalucía que llevaba más tiempo ejerciendo, ¿qué le dijo él cuando se hizo pública la noticia de que iba a relevarlo?

–Me deseó mucha suerte y se puso a mi disposición. Nos tenemos un cariño importante. Siempre se ha portado muy bien conmigo. Ha confiado mucho en mí y nunca ha interferido en ningún dictamen. Jamás ha impuesto su autoridad. Eso lo puedo firmar donde sea porque ha sido así. Siempre ha sido muy respetuoso con la independencia técnica de todos nosotros. Yyo eso siempre se lo voy a agradecer.

–¿Y qué le dijo usted a él?

–Le di las gracias, le dije que le estaba profundamente agradecida.

–¿Le dio algún consejo su antecesor?

–No, ninguno.

–¿Por qué le dio por el Derecho Administrativo, una materia que, para el profano, parece que tiene poco glamur, da la impresión de que es una disciplina árida?

–El derecho se divide en dos grandes ramas: el derecho público y el derecho privado. A mí me gusta el derecho entero porque lo concibo en su conjunto. No se puede comprender el Derecho Administrativo sin saber Derecho Civil, por ejemplo. Eso va indisolublemente unido, pero, dicho esto, yo me decanté por lo público. Soy una gran amante y defensora de lo público, del interés general. Por eso me fui directamente al Derecho Administrativo.

–¿Y tiene glamur?

–Totalmente. Esa pregunta debería hacérsela a mis alumnos de la facultad. Hice que les gustara el Derecho Administrativo. He tratado de inculcarles que el Derecho Administrativo no es un derecho para ser aprendido sino para ser comprendido. Está presente en nuestras vidas desde antes de nacer y hasta después de morir. Desde antes de nacer, porque a nuestra madre se la atiende en un hospital público. Yhasta después de morir, porque acabamos en un cementerio que también es público. Todo, hasta el aire que respiramos, es Derecho Administrativo. Insisto, siempre he intentado inculcar a mis alumnos la necesidad de que conozcan el Derecho Administrativo para defenderse de los posibles abusos del poder. Y creo que algunas veces lo he conseguido.

–El bipartito del PPy Ciudadanos llegó a la Junta de Andalucía con la pretensión de suprimir el Consejo Consultivo, pero ya no están por la labor...

–Esa pretensión ya es agua pasada. Totalmente. En su momento recibí la noticia con sorpresa y con cierta inquietud, por supuesto. Podría ser jurídicamente posible, pero habría que cambiar el Estatuto de Andalucía, porque no se puede derogar o modificar algo si no es con una norma con el mismo rango y las mismas formalidades. Yeso, como todos sabemos, tiene un procedimiento complejo. Yrequiere unas mayorías y un referéndum después... Pero suponiendo que se llevase a cabo, lo que no se puede suprimir ni sustituir es la función que desempeña el Consejo Consultivo. En primer lugar, porque está reconocida en multitud de normas, algunas de las cuales forman parte del bloque de la constitucionalidad, como la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Pero aún así supongamos que se suprime el Consejo Consultivo y que ocupe esa función el Consejo de Estado. En Andalucía, estamos rondando los 900 dictámenes anuales. Veo difícil que eso lo pudiera asumir el Consejo de Estado.

–Pues en Madrid sí se ha suprimido el Consejo Consultivo.

–Sí, pero es que Madrid no es comparable a Andalucía. Andalucía tiene una extensión similar a la de Portugal. El número de dictámenes, de administraciones, etc, no es comparable. Cada semana aprobamos una treintena de proyectos de dictamen y estamos seis consejeros.

–Explique a los ciudadanos con una frase para qué sirve el Consultivo.

–Es la garantía de los derechos de los ciudadanos, el Consultivo es un garante del Estado de Derecho.

–Ponga un ejemplo.

Un ciudadano se cae en la calle, pide una indemnización a su ayuntamiento y aquí está el Consultivo para decir si procede o no procede esa indemnización.