Aviso de la Aemet por el día que al fin lloverá en Andalucía

La situación no era buena a finales del año pasado y este inicio de 2024 primaveral tampoco ha ayudado, sino más bien lo contrario. Hace falta lluvia y que las temperaturas bajen, aunque de momento los pronósticos no marcan un gran cambio de tiempo cercano. «De momento se mantendrá el tiempo anticiclónico como mínimo hasta la semana que viene», detalla a IDEAL José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored. Y, según explica, sí que podría haber lluvias a partir del próximo viernes, cuando un frente cruzaría la Península y dejaría lluvias a su paso, si se cumple lo que marcan los modelos de predicción.

«Sería un frente que repartiría lluvia en toda la Península y también en Granada. Rompería el bloque de altas presiones y, a parte de precipitaciones, también bajaría las temperaturas». Estas serían más bajas, sin un frío excesivo pero en valores que Viñas ya sí considera «normales» para el mes de febrero. Lo negativo es que no parece que vaya a ser una situación que tenga mucha continuidad y habría que esperar hasta finales de mes, cuando sí que podría haber un «cambio de tendencia».

Algunas zonas de España ya han establecido limitaciones relativas al uso del agua debido a la sequía que padecen. Es el caso de algunos municipios de Cataluña, donde se han visto obligados a establecer medidas como solo poder llenar las piscinas con agua de mar, prohibir lavar el coche o tener que cronometrar las duchas en los gimnasios. Esto todavía no sucederá en Granada ni en Andalucía, al menos de momento.

«El límite que se suele establecer para tomar medidas como las de Cataluña está en el 18%. Si la capacidad baja de ese límite sí que se deben activar planes de emergencia», señala el experto de Meteored, que explica que bajar de esa cantidad o no dependerá directamente del tiempo de los próximos meses. «Hace falta que febrero acabe con lluvias y que estas tengan continuidad en marzo, que sean meses más lluviosos de lo normal», porque si esto no sucede lo normal es que la cantidad de agua embalsada «siga bajando» hasta llegar a ese 18%.

La falta de lluvias no es el único problema. El calor también está afectando a la sequía, ya que está derritiendo y evaporando la nieve de las montañas a gran velocidad. «En verano la nieve se funde y aporta muchos hectómetros cúbicos de agua a los embalses. Ahora la merma es tan importante que en muchas montañas prácticamente ya no hay nieve«, explica Viñas.

Al ser preguntado por cómo cataloga la situación de sequía de la provincia, Viñas reconoce que es «preocupante». «No se ha roto el ciclo seco y venimos de varios años de sequía que ya han generado impacto en actividades como la agricultura». Y si la situación persiste con los niveles actuales, lo normal sería que llegado el verano hubiera restricciones en el uso de agua que podrían afectar incluso «a la actividad turística» y no solo a la agrícola. «Se juntan varios factores que puede ser muy negativos para toda Andalucía, posiblemente haya que tomar restricciones para garantizar el suministro de agua a la población si todo sigue así», finaliza el meteorólogo.