La Junta sostiene que «los controles funcionan» y los interventores «son aliados» y PSOE-A señala «rebaja de la exigencia»

España ha sostenido que cuando se detecta «una irregularidad va al juzgado», a diferencia de los socialistas, a los que ha atribuido que «cuando cometen un fraude, lo tapan».

El parlamentario socialista Gerardo Sánchez ha descrito que «han cambiado el equipo de la Intervención» y a ese relevo en el equipo directivo del organismo de fiscalización ha sumado que «han pasado de la fiscalización previa a la permanente», hecho que ha interpretado como «han rebajado el nivel de exigencia».

La también portavoz del Gobierno andaluz ha esgrimido frente a los reproches socialistas que existe «la transparencia total y por eso tienen los informes», mientras que ha sostenido que los informes de la Intervención aluden «a la época negra de la corrupción socialista», así como que sus conclusiones se envían o a los órganos judiciales o al Tribunal de Cuentas, que tiene una sección de Enjuiciamiento contable.

Frente al argumento socialista España ha sostenido que «la fiscalización permanente es más exhaustiva que la previa», para seguidamente apelar a que «el Gobierno de Sánchez está acorralado por una trama de mordidas millonarias que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos», antes de calificar al trío «Ábalos-Cerdán-Koldo como »repugnante« y de enumerar la instrucción judicial que afecta a la mujer de Sánchez, a su hermano, o »la fontanera que espiaba a Juanma Moreno«.

«Ya ni les vota Felipe González», ha espetado la consejera y portavoz, y se ha preguntado de forma retórica si «defienden a Sánchez y Montero pese a lo que está ocurriendo», así como sobre «dónde están los socialistas con dignidad, vergüenza», para instar seguidamente al Grupo Socialista a que «dejen de mentir, de atacar, de manchar el nombre de Andalucía» y a que «paren la tela de araña de la corrupción».

Gerardo Sánchez ha concluido que de la respuesta de la consejera de Economía se infiere «la misma estrategia de silencio, de encubrimiento, de desprecio de la transparencia», comportamiento al que ha sumado que «no han cesado a los altos cargos imputados», antes de ironizar con la posibilidad de «pedir perdón».

El diputado socialista ha sostenido que «siguen obstruyendo» la labor de fiscalización de la Intervención, denuncia a la que ha añadido el hecho de haber situado al exconsejero Manuel Alejandro Cardenete al frente de la Cámara de Cuentas de Andalucía, el organismo de fiscalización externa, que ha presentado como «un acuerdo con la ultraderecha para poner a uno de los suyos», y de cuya labor ha remarcado que ha paralizado la supervisión de «contratos que él mismo adjudico como consejero».

Sánchez ha calificado a la actual Junta de Andalucía como «el gobierno menos transparente de la historia de Andalucía».