Jorge Paradela

Consejero de Industria, Energía y Minas

«La industria va a ir ahí donde se ofrezcan energías limpias»

–Andalucía perdió el tren de la industrialización en su momento, entre otros factores, por su lejanía geográfica con las fuentes de energía. ¿Las renovables pueden darle otra oportunidad?

–Nuestro punto de partida es enormemente ilusionante. Ni Andalucía, ni España realmente han tenido nunca hidrocarburos. Entonces, precisamente ahora lo que tenemos por delante es la oportunidad de convertirnos en lo que algunos llaman el Golfo Pérsico de las energías limpias. Y en esta ocasión sí que está ocurriendo. Tenemos más horas de sol y una misma instalación fotovoltaica ofrece en Andalucía el doble de potencia que en Alemania. Vemos una posibilidad muy interesante que está empezando a cristalizar y que va a ir a más, No sólo ofrecer energías limpias, sino que las industria vengan a Andalucía.

–Con el modelo actual, de energías procedentes de hidrocarburos, las fuentes de energía están en el Golfo Pérsico, en la Península Arábiga o en Nigeria, pero las industrias están en otros sitios. ¿Por qué con las renovables va a ser diferente?

–Porque los electrones no viajan tan bien como los derivados del petróleo y por tanto lo que va a ocurrir, y está empezando a ocurrir, es que la industria va a ir allí donde se ofrezca energía eléctrica limpia a precios competitivos Lo ideal, es que tu planta esté cerca de donde se produce la energía y eso es lo que va a ocurrir. Como la energía no viaja se van a llevar la fábricas ahí donde se está produciendo la energía.

–Para que haya industrias, además de energía se necesita inversión y materia gris, mano de obra formada. ¿Cómo estamos en esos aspectos?

–El capital está llegando. Hemos captado 11.000 millones de euros de inversión industrial nueva en Andalucía en los años 2022 y 2023. Son proyectos concretos que están todos localizados y que han recibido apoyo del Gobierno de Andalucía por la vía de agilidad administrativa o por la vía de instrumentos de ayuda concretos. En cuanto a talento y la materia gris, una de las cosas que nosotros decimos siempre cuando enumeramos las capacidades de Andalucía para aprovechar esta transición energética es que además de los recursos naturales, el sol y el viento, la ubicación geográfica, los puertos, que tienen un papel importante, es que tenemos 16 escuelas de ingeniería especializadas y que estamos haciendo una apuesta muy fuerte por la Formación Profesional. En este curso 24-25 hay 50.000 plazas de FP más que hace cinco años. Y además con una decisión muy firme de hacer vascular todo ese modelo hacia la FP dual y, por tanto, la determinación de formar talento de una forma práctica para aprovechar las oportunidades. Y después se están haciendo acuerdos concretos de desarrollo de ciclos de FP dual con empresas importantes con sectores concretos. O sea, hay acuerdos ya en marcha con empresas como Cepsa, como Atlantic Copper, como Cosentino en sectores como el de la industria auxiliar, donde estamos haciendo acuerdos concretos tanto desde la Consejería de Desarrollo Educativo como la Consejería de Empleo. En las profesiones técnicas, tanto en FP como en grados universitarios, hay un potencial enorme.

–¿Cuáles son los sectores industriales en los que hay más avances?

–Son muchos. En el metalúrgico o en el sector químico, donde la energía es un insumo clave, iremos viendo con el tiempo cómo determinadas industrias se trasladan allí donde hay energías limpias a precios competitivos. Y eso es lo que ofrece Andalucía. Por tanto, estaremos hablando no sólo de generación de energía limpia, sino de que como consecuencia de esa generación atraemos inversión industrial.

–Cuando se habla de industralización en Andalucía el horizonte nunca parece cercano.

–Pero es que el tren ya está en marcha. Hay un una fábrica en Córdoba de hilo de cobre verde, Hitachi, también en Córdoba, se ha traído una línea de negocio que antes tenía en Escandinavia para fabricar transformadores para plantas fotovoltaicas. Eso está ocurriendo ya. Y, por supuesto, toda la transformación industrial alrededor del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde como proyecto emblemático. Eso son proyectos que tienen ya visos de realidad. Por ejemplo, Moeve tiene ya en construcción una planta de biocombustibles con 1.200 millones de euros de inversión. Eso no es un proyecto, está ya en marcha..

–Por motivos geoestratégicos, Europa va a tener que aumentar su inversión en defensa. ¿Ve ahí alguna oportunidad para Andalucía?

–Todo lo relacionado con defensa y aeroespacial es estratégico para nosotros. Europa está decidida a invertir en fuertemente en este ámbito y para la Junta son sectores prioritarios. Pensemos que España tiene ya comprometida una hoja de ruta que llevaría a invertir el 2,9% del PIB en defensa en un horizonte largo. Es un compromiso firme. Y después lo que hay que pensar también que yo creo que ese es el es el mensaje que tenemos que trasladar a los jóvenes Hoy día los retos tecnológicos que hay son apasionantes. Es decir, como pensamos en la industria militar, estamos hablando de tecnología, de gemelos digitales, de industria del espacio. Estamos hablando de retos tecnológicos muy fuertes, donde la tecnología y la ciberseguridad juegan un papel tan importante como la construcción de equipos. La estrategia industrial del Ministerio de Defensa, con el que tenemos una relación estrecha, incluye una serie de corredores en Andalucía. Y ahí tenemos activos muy importantes como Navantia en Cádiz, Airbus en Sevilla. La base logística del Ejército de Tierra es un proyecto transformador y después ingredientes nuevos como el centro de experimentación en sistemas aéreos no tripulados, en Huelva. O la el futuro cetedex en Jaén y el centro de experimentación también con vehículos aéreos no tripulados en Villacarrillo. Andalucía está decidida a hacer confluir sus planes industriales, su política industrial, con esa estrategia industrial de defensa.

–Volviendo a la cuestión de la energía. ¿Por qué Andalucía puede ser una potencia en hidrógeno verde si la materia prima de esa energía es el agua, un bien que aquí escasea?

–Me gusta explicar esto, ponerlo en contexto. Si comparamos el agua necesaria para fabricar hidrógeno con la que se usa en la industria textil o en la agroindustria, es mucho menos. Segundo, el 90% del agua que se va a utilizar para los proyectos de hidrógeno verde que están en nuestra hoja de ruta son aguas regeneradas, aguas recicladas y solo hay un proyecto de envergadura que ha solicitado permisos de agua de superficie. Por tanto, siendo un factor que hay que tener en cuenta, no es decisivo y no debe ser óbice para el desarrollo de esta oportunidad.

–Con la energía solar el problema parece ser otro, la contestación social que reciben algunos proyectos de implantar plantas fotovoltaicas en las zonas rurales.

–Es un tema al que prestamos mucha atención. Afortunadamente la sociedad andaluza en general tiene un alto grado de concienciación sobre la necesidad de luchar contra el cambio climático, una disposición más favorable a las energías renovables mayor que la media de España. Nosotros hacemos mucha pedagogía. Si queremos luchar contra el cambio climático y apostar por la descarbonización de nuestra economía, las energías limpias son la solución. Son energía solar, energía eólica, mayoritariamente ,y ahí después, otras fórmulas como el biogás, que queremos también ahora de una manera muy decidida. Nosotros tratamos de transmitir que aquí también hay beneficios asociados en forma de huella industrial, de creación de empleo y también beneficios para los municipios y territorios que acogen estas plantas. Y la última palabra siempre la tiene el ayuntamiento, que es el que concede la licencia de obras.

–¿Si sumáramos todo lo que está en marcha en renovables, a cuánto está Andalucía de la soberanía energética?

–Para 2030 ya produciremos el 80 por ciento de la energía eléctrica, pero también hay energía térmica y otras fuentes que necesitamos para desplazar el gas natural. Y ahí es donde entra el biogás, el biometano y otras fuentes energéticas disponibles. Ahí hay un papel importante también. Pero donde queda más recorrido por hacer es en el transporte.