El PP ganaría con holgura las elecciones en Andalucía y necesitaría a Vox

El barómetro, realizado en marzo, da al Partido Popular un 31,2 por ciento de los votos con un crecimiento del 10,4 por ciento sobre las elecciones de 2018 y una estimación de escaños de entre 40 y 43.

El PSOE, por el contrario, perdería un 4,4 por ciento de los apoyos y se situaría en el 23,5 por ciento y una horquilla de parlamentarios de entre 26 y 29.

Vox pasaría a ser la tercera fuerza política con el 18,1 por ciento de los apoyos (obtuvo el 11 por ciento en 2018) y 20 o 21 escaños. En 2018 consiguió 12.

Por su parte, Ciudadanos se desplomaría al caer del 18,3 por ciento al 8,1 por ciento de los apoyos y perdería dos tercios de sus escaños, aunque conseguiría mantener su presencia en el Parlamento con un grupo de siete diputados.

En el espacio político situado a la izquierda del PSOE, la división pasa factura. Frente al 16,2 por ciento que obtuvo Adelante Andalucía en 2018, cuando consiguió 17 escaños, Unidas Podemos alcanzaría el 10,6 por ciento de los votos y entre 10 y 12 escaños, mientras que el grupo de Teresa Rodríguez, al que el barómetro le asigna el nombre de Adelante Andalucía, obtendría el 3,5 por ciento de los votos y una asignación de escaños de entre cero y dos.

En la valoración de posibles candidatos, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, barre al resto de de los líderes andaluces con un 34 por ciento de las preferencias a la pregunta de quién querría que fuese el actual presidente. Le siguen a gran distancia Susana Díaz con un 5,4 % y el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, con el 4,4%. En un mismo rango de preferencias, el 3,5%, aparecen la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la diputada de Vox, Macarena Olona; la líder de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez, y el vicepresidente y líder de Ciudadanos, Juan Marín.

Algo más atrás, con el 3,4 por ciento, figuran el alcalde de Sevilla, Juan Espadas (PSOE), y la líder andaluza de Podemos, Martina Valverde.

Curiosamente, quienes no tienen preferencias y responden 'ninguno' a la pregunta de quién querría que fuese presidente y quienes dicen que no saben suman un importante volumen de respuestas, con el 23,3 % y el 7%, respectivamente.

El respaldo que concita la figura del presidente es mejor que la valoración que los encuestados hacen de la gestión del gobierno de la Junta de Andalucía, en la que quienes consideran que es mala (31,3%) o muy mala (10,5%) son más que quienes entienden que es buena (29,9%) o muy buena (6,5%). Un 17,7 por ciento la valora como ni buena ni mala.

Esta imagen del presidente más positiva que la valoración que merece la labor del Gobierno andaluz vuelve a aparecer cuando se pregunta por la gestión de Juanma Moreno, los índices de aprobación mejoran, con más de un 42 por ciento de calificaciones buena (33,7%) o muy buena (8,5%), frente menos de un 35 por ciento de quienes la califican como mala (25,8%) o muy mala (9,1%).

Sin embargo, la valoración sobre la situación política de Andalucía es mayoritariamente negativa. En este apartado quienes la califican de mala (31,1%) o muy mala (13,5%) superan a quienes la consideran buena (24,8%) o muy buena (4,3%).

No obstante, la valoración sobre la gestión de la Junta supera a la que los encuestados hacen de la del Gobierno central. Un 69 por ciento la considera mala (35,7%) o muy mala (33,3%), frente al 14,3 por ciento que la califica como buena (13%) o muy buena (1,3%).

La gestión de Moreno Bonilla sale mejor parada que la de Pedro Sánchez, que obtiene un rechazo muy mayoritario. El 36,4 % la califica de muy mala y un 31,5%, de mala. Sólo un 13,5% la considera buena y un 1,8%, muy buena.