El desconocido pueblo andaluz con un pequeño Albaicín y su propio Caminito del Rey
Se encuentra en la provincia de Cádiz y pertenece a la ruta de los pueblos blancos
C. L.
Martes, 16 de septiembre 2025, 13:00
Andalucía esconde aún tesoros alejados del gran público. Rincones en los que los turistas se cuentan con las manos y no con la calculadora. Espacios ... cargados de historia y belleza de los que disfrutar con tranquilidad. Eso es lo que ofrece una localidad de la provincia de Cádiz que ha enamorado a National Geographic.
A caballo entre el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y el de Los Alcornocales, al nordeste de la provincia de Cádiz, se extiende entre montañas un territorio ocupado desde la prehistoria, luego por los romanos, hasta el pueblo árabe. Fueron estos últimos quienes fundaron en el lugar una bonita villa, hoy incluida en la famosa ruta de los pueblos blancos de Andalucía.
Declarado Conjunto histórico-artístico, el pueblo de Benaocaz cuenta con un barrio nazarí, un pequeño Albaicín, que conserva su antiguo empedrado y está repleto de casas encaladas con «coloridos parterres», señala la prestigiosa publicación. El vecindario nazarí contrasta con los aires nobles de las casas señoriales del siglo XVIII que se reparten por el resto del entramado urbano. Destaca como para imprescindible la plaza de Las libertades, donde se encuentra el Ayuntamiento en un edificio de estilo barroco y que posee un archivo con documentos históricos a partir del siglo XVI.
También son paradas esenciales la Fuente Allá, un conjunto monumental de estilo barroco compuesto por una fuente pública y un abrevadero de bestias con escalinata a dos niveles, o con la iglesia de San Pedro Apóstol, de estilo renacentista levantada sobre los restos de una antigua mezquita.
A la entrada del pueblo está la ermita de San Blas, templo construido en 1716 con donativos populares y reconstruido en 1924, al igual que los restos del castillo de Aznalmara. Esta fortaleza militar de los siglos XIII-XIV, que contó con fuertes lienzos de murallas y torreones cuadrangulares de lo que hoy solo quedan ruinas, domina la ribera del río Tavizna en lo alto de un cerro.
Naturaleza
Si su entramado urbano esconde grandes tesoros, no se queda atrás su entorno natural. Desde Beanocaz sale una de las rutas senderistas más famosas de la zona, un itinerario que conecta este núcleo urbano con el que es uno de los enclaves más representativos de la Sierra de Grazalema: El salto del cabrero. Su nombre hace referencia a una falla de impresionantes paredes verticales de piedra caliza con 80 metros de caída separadas entre sí por una distancia de 50 metros.
Otra ruta imprescindible es la que sigue la calzada romana, un sendero que fusiona cultura y naturaleza y que recorre este antiguo camino que unía los núcleos de población de Ubrique Alto, la desaparecida Archite y Benaocaz y que lleva a la antigua ciudad romana de Ocuri, que está rodeada por una muralla y cuenta con depósitos de agua, restos de termas y de casas, así como del foro y del columbario.
También los amantes de la escalada pueden encontrar su espacio con un buen número de guías de dificultad moderada y buen equipamiento con longitudes que oscilan entre los 5 y los 35 metros.
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