Andalucía registra un invierno más seco que los de las grandes sequías de los 90

Así lo asegura a IDEAL José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored en www.tiempo.com, que recalca que este invierno es «uno de los más secos de toda la serie histórica». De hecho, para encontrar un trimestre tan seco, habría que retroceder más de medio siglo hasta las sequías de los años 50. Esto no implica necesariamente, eso sí, que la situación de este 2022 vaya a ser la misma que la vivida por entonces, ya que todo puede cambiar si la primavera trae lluvias. «Para ver qué verano nos espera tenemos que esperar a la primavera», cuenta el meteorólogo, que no se muestra demasiado optimista al respecto.

«No se aprecia una tendencia que indique que marzo vaya a ser un mes lluvioso. Y, aunque pueda haber episodios de lluvia, los mapas de tendencia no apuntan a un gran cambio», detalla. De hecho, los pronósticos muestran que la situación de bloqueo podría mantenerse también en abril, lo cual sí comenzaría a ser bastante preocupante. En cuanto a datos de lluvia, Viñas señala que hasta antes de la DANA que ha afectado a la región este fin de semana había llovido de media 9 litros por metro cuadrado en Andalucía durante el invierno, una cifra muy alejada de los 62 que registra la comunidad autónoma en su media histórica. Tras las últimas precipitaciones para cerrar el mes de febrero, esos datos podrían haber subido hasta los 15 litros por metro cuadrado, lo que estaría todavía muy lejos de lo normal.

«Si esta situación sigue así y se mantiene el bloqueo, casi seguro que cuando lleguemos al verano habrá restricciones de consumo de agua en algunas zonas de Andalucía porque no habrá suficiente», advierte el meteorólogo, que reconoce que cabe la posibilidad de que la situación mejore «de repente». «Muchas sequías se interrumpen así, tenemos que esperar a ver si en abril se anima la cosa», aunque lo cierto es que todo apunta, según los mapas de tendencia, a que «de momento no vaya a pasar».

Para paliar toda esta problemática, es necesario «compensar el déficit» de precipitaciones. «Necesitamos que llueva mucho en primavera para mejorar esta situación porque si no es así la sequía continuará agravándose», por lo que no bastaría únicamente con que lloviera un poco. En cuanto a si esta situación pudiera estar relacionada con el cambio climático, Viñas explica que «se puede ver en el comportamiento de la precipitación de los últimos años que es mucho más irregular y se concentra en periodos de alta intensidad». Algo que provoca que haya «sequías más intensas de lo habitual» y muchos momentos del año en los que haya problemas de abastecimiento de agua.