«Mentiras de político», dice un político
El PP andaluz ha encontrado el argumento perfecto en la composición de la Mesa del Parlamento para frenar a quienes le presionan para que se abstenga en la investidura y facilite el Gobierno de Susana Díaz
LALIA GONZÁLEZ-SANTIAGO
Lunes, 20 de abril 2015, 00:24
El PP andaluz ha encontrado el argumento perfecto en la composición de la Mesa del Parlamento para frenar a quienes le presionan para que se ... abstenga en la investidura y facilite el Gobierno de Susana Díaz. «Los puentes están rotos», repiten desde este partido, que ni prevé volver a reunirse con los negociadores del PSOE. La bronca que escenificaron sus portavoces en la Cámara fue la manera, dicen que la única que tenían, de hacer patente la injusticia que para ellos supone ver su representación, 33 escaños, equiparada a la de IU, con 5 representantes. Para el resto de los observadores ha sido la demostración palpable de que todo va a ir a peor.
No va a ser la pinza, por mucho que desde el PSOE se jalee ese ejemplo como el summum del horror político para evitar que Podemos se alíe con el PP. Va a ser el todos contra todos.
La situación recuerda 'El cuarteto de Alejandría', de Durrell: los mismos hechos tienen cuatro versiones diferentes y completamente distintas. La última que he oído se refiere a la 'operación Maíllo presidente' y asegura que el líder de IU sí se ofreció a presentarse candidato a la presidencia del Parlamento. El lo ha negado. «Mentiras de político», me dice un político. Aseguran que hay mensajes que lo acreditan.
Como en un acertijo imposible (A dice que B siempre miente y B que A nunca dice la verdad), la política andaluza se ve ahora abocada a un juego de imposturas en el que cada actor esconde ocultas intenciones y habla con lengua de madera. Cualquier alianza es posible, como por ejemplo que el PP quiere echar a IU de la Mesa y a la vez esté por encumbrarle a la presidencia.
En esas estamos. El PP cree que el pleno del jueves le ha entronizado como la única oposición de la Cámara. Los socialistas hacen ver que lo que ha pasado es que nadie quiere el voto del PP. No dicen que tampoco nadie quiere darles el respaldo a ellos. Susana Díaz intenta el perfil bajo, a ver si así evita el acelerado deterioro de su liderazgo, que hasta Pedro Sánchez se ha atrevido a echarle un cable (envenenado) desde Madrid al pedir a Podemos y Ciudadanos que le respalden. Quién lo hubiera dicho.
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