«He venido desde Luxemburgo para acoger a dos niños saharauis»

Familias de acogida y huéspedes compartieron una jornada de diversión que sirvió para conocer casos particulares, como el de Chantal Faust, una luxemburguesa que perdió a su hija hace unos años, motivo por el que desde entonces se decidió a ayudar a niños en situaciones complicadas.

«He alquilado en Turre una casa donde acojo a dos pequeños», señala a IDEAL. Los decorados cinematográficos de Tabernas, las excursiones a la playa o las tardes de juegos han llenado de afecto una relación que sirve de ejemplo al contenido de este decano proyecto que, como confirmaron sus promotores, tras años a la baja ha conseguido empezar a remontar el vuelo.

En Padules, los saharauis han causado sensación. En una localidad de medio millar de habitantes, varias familias se pusieron de acuerdo para cooperar en esta iniciativa que implica no sólo procurarles un entorno divertido, sino revisiones médicas, bienestar físico y nuevos horizontes, además de renovar el compromiso de una sociedad con otra que, por devenires históricos, no hace tanto fueron una sola.

«Es la primera vez que participamos, quería que mis hijas también pudieran sacar partido y aprender cómo se vive en otros sitios y las necesidades que niños de su edad tienen», explica Lourdes, vecina de la mencionada localidad. Los 80 chavales acaban de comenzar su aventura que, un año más, terminará en septiembre repletos de buenos recuerdos.