Tercer pueblo del Cinturón que se moviliza contra la delincuencia

«Esto ha ido degenerando. Fuente Vaqueros se ha convertido en un pueblo marginal, que va a ser un lugar al que venir a comprar marihuana e irse», lamenta F., uno de los promotores de la concentración de este jueves. Asegura que en el municipio, de 4.395 habitantes, «la gente vive con miedo». En las últimas semanas han sido cuatro los sucesos que han soliviantado la quietud de los vecinos, pero sostiene que el problema se remonta al menos un lustro hacia atrás.

No es la primera vez que roban en el bar Parada. Hace un par de viernes rompieron la cerradura trasera y reventaron la máquina tragaperras y la expendedora de tabaco, antes de llevarse la caja registradora y un pequeño televisor. Así lo asegura F. M., un familiar del propietario del establecimiento, que añade: «Fuente Vaqueros es insoportable, esto nos pasa a cada instante». Calcula que se llevaron unos 5.000 euros. Para evitar nuevos sobresaltos han invertido 700 euros en una especie de cofre que cubre la tragaperras y queda cerrado cuando llega la madrugada. Justo cuando el parque -relatan los vecinos- pasa a convertirse en una especie de 'botellódromo': jóvenes fumando porros, litros de cerveza, carreras de coches, derrapes, música a todo volumen...

«Esto va a peor, no sólo por los robos, sino por la conducta de los vecinos, no se aplica la ordenanza de la convivencia», confirma A., comerciante del Paseo del Prado. Es allí donde están convocados hoy los vecinos, a partir de las 21 horas. Asistirá M., dueña de una tienda que a finales de abril sufrió su primer robo tras toda una vida dedicada a su establecimiento. Recibió una llamada que no olvidará: «Me dijeron que la caja registradora y algunas cajas y papeles estaban en la calle (...) Me quitaron 30.000 euros». Otro comerciante, A., ratifica los testimonios anteriores: «El pueblo está decaído. Se podría decir que está muerto. Esto es por una 'infección' de plantaciones de marihuana». Todos los relatos de los fuenterinos con los que ayer habló este diario acaban con una referencia a los clanes de la 'maría' instalados en Fuente Vaqueros a lo largo de la última década.

Para combatir esta lacra piden que la Policía Local aplique todo el peso de la ley sobre los delincuentes. Aunque reconocen que es necesario reforzar la dotación.

El alcalde, Francisco José Martín (PSOE), no comparte una convocatoria que considera «organizada desde el ocultismo» por parte del grupo municipal 'Ahora sí podemos'. El convocante, Francisco José González, es concejal del grupo. No obstante, el primer edil reconoce los delitos y entiende la postura de sus vecinos: «Pensamos que la seguridad es un derecho básico y nunca es suficiente». De hecho, han pedido por escrito ante la Subdelegación del Gobierno que la Guardia Civil haga un diagnóstico de la situación y refuerce su presencia en el municipio para compensar la disminución de efectivos de Policía Local por vacaciones y bajas. El Ayuntamiento no ha recibido respuesta oficial pero tiene constancia de que trabajan en la investigación y el refuerzo. Desde el consistorio valoran positivamente la labor de los agentes de Guardia Civil y Policía Local. Este último cuerpo cuenta con cinco efectivos. Sin embargo, como ocurre en otras localidades del Cinturón, las vacaciones y bajas merman la plantilla. Gracias a un convenio con Maracena cuentan con un apoyo entre las nueve de la noche y las dos de la madrugada.

Como Fuente Vaqueros, Pinos Puente también transmitió a la Subdelegación la necesidad de aumentar el número de agentes de la Guardia Civil. El propio Ayuntamiento llamó a una concentración el pasado 22 de junio y logró reunir más de un millar de firmas a favor de incrementar la vigilancia en sus calles. El propio subdelegado del Gobierno, Francisco Fuentes, se desplazó al municipio y se comprometió a incrementar la seguridad. La promesa no mermó la inquietud de los pineros, que volvieron a levantar la voz el pasado 11 de agosto para censurar los desmanes «de la población marginal y los clanes de la droga».

Pero no hubo tregua. Un día después, un grupo de jóvenes «golpeó de forma desmesurada» la puerta de la casa en la que reside la chica que leyó el manifiesto en la movilización. Así lo refleja en un escrito dirigido al jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Granada, en el que critica, entre otras cuestiones, que no pudo interponer denuncia ni esa misma noche ni al día siguiente en el cuartel de Pinos Puente. IDEAL trató ayer de contactar con la oficina de comunicación de la Guardia Civil, pero no obtuvo respuesta.