César de la Hoz-Largie Ramazani, el yin y el yang de la UD Almería
El cántabro es la figura que engendra el equilibrio que necesitael equipo, el belga encarna al promotordel desequilibro en el bando contrario
Del yin y el yang se dice que su principio es que todas las cosas existen como opuestos inseparables y contradictorios, por ejemplo mujer-hombre, ... luz-oscuridad o vejez-juventud. El principio, que data del siglo III AEC o incluso antes, es un concepto fundamental en la filosofía y la cultura china en general. Uno, el yin, se asocia entre otros aspectos a la oscuridad;el otro, el yang, está asociación con la luz, dos aspectos tan contrapuestos y a la vez tan necesarios.
Tras el partido disputado el pasado viernes en Alcorcón y tras muchos partidos, el Almería tiene su yin y su yang en dos jugadores, como es obvio, contrapuestos, pero necesarios. Uno no se ve, pero brilla, incluso hay quien discute un rendimiento indiscutible. El otro provoca el 'cuchicheo' entre defensores, «cuidado con ese que viene» y viene y va haciendo del partido lo que quiere. Al menos no solo pasó en el partido en Alcorcón, sino que también le ha hecho en otros partidos como el inaugural de la competición en Cartagonova, con sus dos goles y bastantes más cosas.
El hombre callado
César de la Hoz llegó a la UDA tras marcar en Tenerife el gol que salvó al Albacete, al término de la temporada 2017/18. La dirección deportiva de la UD Almería, formada por Miguel Ángel Corona e Ibán Andrés, no dudó en 'cazarlo' para que firmara por dos temporadas, tras desligarse del Real Betis con el que le quedaba aún un año de contrato. En el Almería ha marcado 'goles' que no figuran en acta. Es el 'parche' perfecto. Que se lesiona un central, César de la Hoz al rescate; que lo expulsan, ídem de lo mismo, que hay que dar pausa, todos los técnicos ponen su mirada en el de Orejo. Este fisioterapeuta en ciernes 'sana heridas' en la UDA desde su llegada, campaña en la que tuvo más continuidad y jugó 40 partidos. En la 2019/20 se fue a 34, siendo titular con Pedro Emanuel, Guti y Mario Silva, para jugar de 6 y de 8 y, como ante el Málaga, de central zurdo. Con José María Gutiérrez ante el Numancia ocupó una posición en la que debutó con 20 años en el Racing.
En la UDA se le espera cada vez que salta al campo porque siempre da lo que tiene, que es tranquilidad en sus botas, buena visión de juego y equilibrio, tanto equilibrio que hace que quienes están a su alrededor sean capaces de 'ver otro fútbol'. Genera esa tranquilidad que se dice que él transmite. Hay menos error. Brújula, aporta armonía porque su fútbol da solidez en defensa y fluidez en la conducción de balón, algo que está al alcance de muy pocos y que el cántabro tiene.
Un diablo
Largie Ramazani es totalmente opuesto a César porque debe ser así. El jugador belga es electricidad en vena, un diablo, el apodo lógico de quien se hizo en la cantera de los 'Red Devils'. Es un incordio que lo mismo empieza a tener novias porque quien le haya visto y haya pasado de largo no entiende de fútbol. Su posición en el terreno de juego, sin un 'camino' fijo, es lo que provoca su locura y discordia en los rivales. Laure, primero; Carlos Bellvís, después, o los centrales más tarde –Carlos Hernández no pudo evitar derribarle en el área para dar pie al tercer gol indálico–, sufrieron de su tiranía futbolística.
Ramazani representa la verticalidad, tratándose de un jugador con mucha capacidad de desmarque y generador de un peligro constante que el pasado curso tuvo menos minutos de los que mereció –tuvo que jugar muchas jornadas en Tercera División mostrando su calidad– y cuando se dieron cuenta, quizá algo tarde, de su calidad no hubo quien le bajara del once, como sucede ahora en esta UDA cerca del triunfo por el yin y el yang.
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