Parálisis en campaña
El largo ciclo electoral que abrirán las autonómicas en Extremadura no puede llevar al orillamiento del bien común y un mínimo entendimiento
Lunes, 8 de diciembre 2025, 22:06
El adelanto a este 21 de diciembre de las autonómicas en Extremadura; la certeza –porque tocan– de que las de Castilla y León y Andalucía ... se encadenarán en el primer semestre de 2026; los tambores de otro anticipo que ya retumban en Aragón si Jorge Azcón no pacta sus Presupuestos con Vox; y la incertidumbre sobre si Pedro Sánchez acabará haciéndolo con las generales, aunque no sea su voluntad, están sumergiendo al país en una larga campaña que amenaza con atenazarlo aún más de lo que lleva estándolo toda la legislatura. La llamada a las urnas constituye un legítimo instrumento democrático ante el que no cabe objetar, pero sí someter a fiscalización los motivos por los que se recurre a ellas o se impide hacerlo pese a que existan razones de peso que justifiquen acortar un mandato. Pero a lo que en ningún caso debería conducir ningún ciclo electoral es a la parálisis de todo lo que lo circunde, al orillamiento del bien común y, en consecuencia, a la ausencia no ya de acuerdos, sino de un mínimo entendimiento constructivo.
El bibloquismo que viene definiendo la presidencia de Pedro Sánchez se asoma ahora, en medio del asfixiante atmósfera por las causas de corrupción y escándalos como los que afectan a los derechos de las mujeres, a una guerra de guerrillas. Una pugna feroz a varias bandas por la que Sánchez persigue un control de daños que le permita sostener al PSOE; Alberto Núñez Feijóo, dar el aldabonazo que cristalice el viraje de España hacia el centroderecha sin atarse irremediablemente a Vox; Santiago Abascal, condicionar el marco político e ideológico del país; las izquierdas sobrevivir al voto útil hacia los socialistas y a sus propias rencillas; y los soberanismos catalanes y vascos, aunque aparentemente sus intereses se sitúen extramuros de los comicios autonómicos que no son los suyos, seguir haciendo valer su influencia en un escenario convulso.
El reventón del 'caso Salazar' a las puertas de la campaña extremeña, tras cinco meses larvado desde que se destaparan las denuncias contra el ex alto cargo de Moncloa por acoso sexual, ha introducido en la contienda el clamor del feminismo por la igualdad efectiva de las mujeres y la erradicación de las conductas vejatorias hacia ellas. Un combate que sigue vigente pese a la paulatina concienciación colectiva contra el machismo y que, por eso mismo, no debería erigirse solo como una bandera de ocasión política o electoral.
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