Argentina, ante una nueva experiencia política
La extrema derecha ha ganado, por primera vez, en las urnas
Juan Santaella
Miércoles, 13 de diciembre 2023, 23:01
El pasado día 10 juró como Presidente de Argentina Javier Milei. Nunca la extrema derecha había vencido democráticamente, sino mediante seis golpes de Estado de ... 1930 a 1983. Esto ha podido ocurrir porque la derecha de Macri y Patricia Bullrich, tercera fuerza, recomendó votarlo.
Milei, como en su día Bolsonaro o Trump, se presentaron como políticos antisistema, anti 'casta', cuando ellos representan un sistema perverso, dispuesto a destruir el Estado de Bienestar, basándose en un neoliberalismo radical que elimina la regulación laboral, social y económica, para que los ricos ganen más; los pobres tengan sueldos más bajos y menor estabilidad; eliminar prestaciones sociales; desprecio a la cultura; y desaparición progresiva de la sanidad y la educación, cuando, ahora, son públicas y gratuitas.
Este triunfo ha sido posible por la tremenda decepción del electorado con los políticos anteriores. Tanto el liberalismo de Macri, como el peronismo, han sumido al país en una inflación galopante y en el empobrecimiento popular. El ansia de cambio se impuso y el electorado ha apoyado las propuestas disparatadas de Milei: venta de órganos, dolarización, eliminación de los ministerios de Educación, Sanidad, Mujer y Obras Públicas, y la del Banco Central, entre otras, además de romper un consenso nacional sobre la dictadura criminal de Videla (1976-1983), donde hubo detenciones arbitrarias, ejecuciones, torturas, robo de niños…, atreviéndose a decir que solo «fue una guerra» entre dos bandos, y reduciendo drásticamente el número de desaparecidos (el aceptado es de 30.000),
Y es que el caldo de cultivo de la extrema derecha cada día está más abonado: cuando el ultraliberalismo se une con el nacionalismo surge individualismo, odio, racismo, intolerancia, incultura y fanatismo, que conduce a sistemas autoritarios, como ocurrirá con Milei, y, antes, con Bolsonaro, Meloni, Orbán, Trump, Sunak o Netanyahu.
Pero ¿quién ha votado a Milei? Una alianza popular extraña que incluye votantes humildes; clase media baja empobrecida; clase media y clase media alta, que siempre odiaron al peronismo; y, desde luego, los potentados y las grandes corporaciones. Y, ¿ahora qué? ¿Desguazará el Estado como ha prometido a sus incondicionales? ¿Eliminará las prestaciones públicas de salud, educación y servicios sociales? ¿Entregará el Estado a las grandes corporaciones, a potentados y amigos, mediante privatizaciones? ¿Cómo reaccionarán los miles de pobres y de jóvenes necesitados?
Lo mejor que puede pasar, es que Milei no pueda ser Milei, por su debilidad en las cámaras legislativas (15% en la Cámara Baja y 11% de senadores); gobernadores, de gran poder, no tiene ninguno; y la contestación social en Argentina es potente: sindicatos, movimientos sociales, madres de Mayo… Este extraño gobierno nace con mucha legitimidad, pero muy débil, y eso le obligará a establecer alianzas, lograr compromisos con otras fuerzas y evitar así grandes conflictos sociales.
Lo cierto es que Milei, líder de 'La libertad avanza', que utiliza la libertad como lema de campaña: «Viva la libertad, carajo», ha superado en 12 puntos al peronista Sergio Massa. El expresidente uruguayo, Pepe Mújica, dice, con su gracejo habitual: «Cuando te hablen de libertad, preocúpate, porque te van a cagar». Y eso es lo que ha ocurrido. El pueblo, siguiendo el señuelo de la 'libertad', ha perdido la memoria histórica, la única arma de los débiles para que no se reproduzca la barbarie de las dictaduras pasadas.
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