Pruebade fuego

Una ola de calor con temperaturas superiores a los 40 grados, la tercera en lo que va de verano en España, está derritiendo buena parte ... del mundo subrayando la excepcionalidad de un nuevo episodio de fiebre meteorológica y recordando que la crisis climática de la que advierte el consenso científico concierne al conjunto del planeta. El termómetro sube hasta niveles infernales en Cerdeña pero también en Tokio, mientras Grecia combate el desafío de los incendios y la OMS se ve obligada a remarcar los riesgos que supone semejante recalentamiento para la salud; conviene no olvidar que un golpe de calor extremo, a diferencia del frío, puede matar en cuestión de minutos. Que medio mundo vea socavada estos días la cotidianidad de su verano con un sofoco al límite de lo soportable subraya de manera tan epidérmica los efectos del deterioro de nuestro entorno natural –el agua del mar se ha calentado en España entre tres y cuatro grados más en los últimos años amenazando la biodiversidad– que remarca la necesidad de afrontar el reto con carácter global. Prestando atención a las singularidades de cada punto del planeta, sí, pero con una convicción compartida de lo que está en juego.