Un joven cumplidor y último legado de Diego

Destacó mucho en el mejor juvenil de la historia de los rojiblancos, a las órdenes de Torrecilla, pudiendo jugar como central en una defensa de cuatro y de cinco, así como de lateral puro. Su nota nunca baja de un notable, siempre cumplidor, aplicado con lo que le digan y de una madurez táctica impropia de un chico de su edad. Así, ha ido quemando etapas a una velocidad de vértigo y ha completado más entrenamientos con el primer equipo que con el filial.

Las lesiones de Víctor Díaz y Quini, y el cansancio de Foulquier le abrieron la puerta a debutar con el primer equipo en Liga y en Europa. En todos esos partidos dio la talla de sobra, con la excepción lógica de aquella encerrona en San Sebastián, donde cometió un penalti. Como todo debutante, sufrió algunos minutos, pero se despojó de los nervios en las siguientes citas y mantuvo a raya a jugadores como Calleri. Ante Omonia y PAOK se ganó el aplauso de todos con dos partidos tremendamente sólidos.

Diego Martínez no apostó por él solo en situaciones de urgencia y refrendó su confianza en el recreativista dándole un peso específico en Copa, titular en los tres primeros choques (aunque en uno lo fue por una lesión a última hora de Víctor Díaz). Su participación en el equipo iba a más, pero él también fue víctima de ese mal de ojo que alguien echó al carril diestro y una lesión producida en uno de sus pocos días con el filial le frenó en seco. No obstante, se ha recuperado bien y ante el Getafe, en el final de curso, fue el mejor del equipo.