Modern love
El órsay ·
Por la cama de Miss Gra pasaron multitud de pretendientes a lo largo de una década, pero a todos los acabó echando de casaMANUEL LÓPEZ SAMPALO
GRANADA
Lunes, 18 de noviembre 2019, 01:11
La serie 'Modern Love', recientemente estrenada en la plataforma Amazon Prime Video, está basada en una selección de columnas homónimas que publica semanalmente 'The New ... York Times'. En ellas, los lectores narran sus historias de amor más bellas, curiosas y tristes. Yo también quiero contar una, aunque no sea la mía, en este 'Times granaíno' que es IDEAL:
Conocí a una chica, Miss Gra, que vivía para encontrar el amor. «Es lo que te da un objetivo en la vida», solía decir. Tanto lo buscaba, sin fortuna, que acabó por renegar de él y cantar el 'Me cago en el amor' de T. Carotone. Por su cama pasaron multitud de pretendientes a lo largo de una década, pero a todos los acabó echando de casa, ya fuera por la mediocridad o por la falta de compromiso de sus amantes, por la idealización amorosa de ella o por la exigencia de la guardia pretoriana que la protegía, compuesta por su madre y su hermana mayor: las temidas Cármenes.
Con uno, Lucas, hasta llegó a comprometerse, pero nuestra Miss Gra, siempre tan ilusa, se aburrió antes de la boda. Hoy son buenos amigos. Recuerdo a Tony, un apuesto inglés que resultó ser un auténtico desastre. Y qué decir de Paco, ese calvito con mala leche que no le aguantó dos asaltos. O Joaquín, con el que tan bien empezó la relación y acabaron tirándose los trastos a la cabeza. Hubo más, claro: Abel, José Luis, Pedro, Juan Antonio, José Ramón, etcétera. Personalmente, creo que hacía muy buena pareja con Fabriciano, pero ella erre que erre con que la diferencia de edad era insalvable.
En fin, que acabó renunciando a encontrar el amor, viviendo sin ilusiones, «sin saber por qué hacía las cosas», como un autómata: su corazón helado y bajo siete llaves… Hasta que hace año y medio apareció un chico gallego y con barbita, Diego, que sin más pretensión que hacerla reír se fue ganando su confianza –y la de las Cámenes– con mucha delicadeza y paciencia. Se lo curró el tío. Y la pasada semana se dieron el «sí quiero». Viva el amor, y hasta que el contrato, perdón, la muerte les separe.
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