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El Granada descorcha la botella del gol frente al Sporting
Los rojiblancos proporcionan a su afición un brillante espectáculo, firmando una 'manita' en un partido que muestra su potencial cuando se entonan
Rafael Lamelas
GRANADA
Jueves, 13 de octubre 2022, 23:02
El Granada descorchó la botella del gol y Los Cármenes olió a cava durante un partido fantástico, a tramos exquisito, gozoso para el respetable, que ... deseaba una faena así, de oles y olas. Goles de postal, con Uzuni de exterminador, el Puertas de antaño y el Callejón que sabe abrir todos los candados. Un encuentro de gloria ofensiva pero coral por la participación de todos los integrantes para que cediera la resistencia del Sporting, en paradero desconocido por el empuje del anfitrión. Karanka se quitó el yugo, los suyos se soltaron bajo un plan que empieza a tener coincidencias entre jornadas y los rojiblancos vuelven a la zona de 'play off', sector acolchado. Van a tener que poner el himno de España en todos los prolegómenos. Qué importante es anotar pronto. Acabó la sequía con una tormenta.
Granada
Raúl Fernández; Quini, Miguel Rubio, Víctor Díaz (Cabaco, m. 65), Jonathan Silva (Ricard Sánchez, m. 80); Bodiger, Petrovic, Antonio Puertas, Uzuni (Perea, m. 65); Melendo (Bryan Zaragoza, m. 56); y José Callejón (Jorge Molina, m. 80).
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Sporting
Mariño; Pol Valentín, Bamba, Insua (Izquierdoz, m. 60), Diego Sánchez (Cote, m. 46); Pedro Díaz, Rivera (Nacho Méndez, m. 71), Zarfino (Queipo, m. 46); Juan Otero (Campuzano, m. 60), Jony y Djuka.
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GOLES: 1-0, m. 6:Antonio Puertas; 2-0, m. 27: Uzuni; 3-0, m. 50: Uzuni; 4-0, m. 62: José Callejón; 5-0, m. 85: Perea.
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ÁRBITRO: Trujillo Suárez (comité tinerfeño). Amonestó al local Bodiger (m. 40); y a los visitantes Insua (m. 35) y Diego Sanchez (m. 46).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 10 de LaLiga Smartbank, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 13.440 espectadores.
La alineación de Ponferrada corroboró que el entrenador había visto algo especial en el final del partido con el Huesca. Un hilo del que tirar, un atisbo de continuidad. Ese Granada con Melendo que mece el balón, nutritivo en el centro del campo. También se advierte una evolución sin que se distorsione el trabajo defensivo, convertido Víctor Díaz, para sorpresa de algunos, en un líder para la retaguardia, implacable al corte y con sentido en la salida. El entrenador parecía haber hallado una referencia ofensiva en Jorge Molina, pero en casa decidió insistir con José Callejón arriba. El equipo salió tan fulgurante que todo encajó. El Sporting pagó los platos rotos.
Hubo, curiosamente, un susto al empezar, cuando Jony encendió la moto y se escapó de Quini, esta vez en la derecha, y metió un envío profundo que no encontró a nadie. En la otra vera se ajustó Jonathan Silva, pues Karanka preservó a Ricard. El argentino estaba algo rígido y nervioso al comienzo, pero se fue adquiriendo sensaciones con el paso de los minutos.
Quini y Puertas, buenos amigos fuera del campo, se entendieron en la derecha para fraguar el primer tanto de la velada. El almeriense centró de zurda y Callejón brincó en el área y peinó el esférico para que le llegara al rescatado Uzuni, que levantó el mentón y puso un centro a lo Ryan Giggs hacia el que Puertas acudió subido en Pegaso. El almeriense, tan ciclotímico, se dio un chute de optimismo con un cabeceo prodigioso.
Nada mejor para el Granada que adelantarse en el marcador para soltar amarras. Bodiger tuvo algún fallo de pase pero de consecuencias escasas. Callejón teledirigió un cambio de orientación con potencia hacia Quini y este, sin pensárselo, golpeó hacia la meta desde el costado y casi supera a Mariño. Estaba claro que los rojiblancos tenían queroseno en el depósito y lo confirmó un servicio de Melendo con el que Uzuni elevó el helicóptero y se reivindicó tras su suplencia en El Toralín.
Hubo jugadas de fantasía, brioso Melendo, con trazos arriesgados entre las piernas de unos sportinguistas consumidos por el dominio de puño de hierro de los locales. Víctor Díaz anulaba a todo un portento como Djuka. La primera parte rozó el sobresaliente y los asturianos solo tuvieron algunas escapadas ante las que siempre salió, con frialdad de glaciar, Raúl Fernández, que llegó a la titularidad por accidente y que se ha quedado el marco pagando al contado.
Se esperaba un Sporting respondón al retorno de la pausa, con Queipo por un inexistente Zarfino, y lo pareció en la reanudación. Juan Otero generó un enredo entre centrales, tras varias torpezas de Petrovic, que tuvo que apagar Raúl de nuevo arrojándose a la hierba con arrojo. Sin embargo, el extintor lo llevaba Uzuni. Elevó el nivel de plasticidad a la estratosfera con un chut acrobático de tijera que llevó las manos a las cabezas de sus propios compañeros, admirados por la belleza de la ejecución.
Karanka no tardó en guardar en un frasco a Melendo y desenfundó a Bryan Zaragoza, con tiempo y viento a favor para hacer diabluras, aunque el que asomó la bota fue Queipo, otro 'guaje' que dará que hablar.
El Granada estaba tan enchufado que de una presión agobiante, de Petrovic sobre Rivera, el Sporting perdió un balón en su cubículo y Puertas se la entregó a Callejón, que también necesitaba quitarse preocupaciones.
Karanka respiró tan aliviado que se consintió seguir con sustituciones para preservar a componentes de su pasillo de seguridad. Víctor Díaz y Uzuni abandonaron el campo para que, en una noche benigna, también se acoplaran Cabaco y Perea. La zaga se fragmentó un poco, con las líneas menos apretadas, pero Raúl no estaba dispuesto a malograr su tercera a puerta a cero, desde que se puso los guantes.
Puertas se llevó una 'galleta' de Mariño al ir a buscar el quinto, sin mala intención del cancerbero. Karanka siguió a los suyos, con relevos de gestión de esfuerzos y de aldabonazo anímico, saliendo Jonathan Silva y Callejón para que aparecieran Ricard y Molina, ovacionado este último, tan querido por la grada. Quedaba completar la 'manita' y lo hizo Perea tras una cabalgada brasileña de Bryan, veloz y osado para fintar de espuela para que el albaceteño cerrara la fiesta. Hasta el poste se alió con Raúl en un intento de Djuka, que acabó como un misto.
Fue un recital para salir con las palmas enrojecidas de tanto aplaudir. Un disfrute tras algunas semanas de dudas. El potencial de esta plantilla es evidente y se comprueba ante uno de los adversarios poderosos de la categoría, aunque la Segunda demanda otros trajes que ajustarse. Pero eso será otro día. Toca gozarlo a la afición, hasta el domingo en Tenerife, que el reloj se pone a cero.
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