Flecos para que se anuncie la continuidad de Puertas

Hay tres frentes más abiertos en lo que respecta a futbolistas que llevan tiempo en el club. Uno es el de Álvaro Vadillo, cuyo proceso continúa y también hay esperanza en ambas partes de que se llegue a concretar. Sin aclarar está aún lo de Aarón Escandell, el otro portero del primer equipo, porque todo va relacionado con lo que acabe haciendo Rui Silva. El portugués tiene contrato hasta 2021 y una cláusula de rescisión de 15 millones. La dirección insiste en mejorar sus condiciones para aumentar también la penalización de salida. Aarón querrá saber si en verano saldrá al final, por si esto le abre alguna oportunidad con la competencia que llegue. Todo esto es un escenario hipotético; de momento, todo sigue igual.

Del mismo país que Rui es Domingos Duarte, que ha recibido la oportunidad de formar parte del combinado luso durante este parón de selecciones de noviembre. En la cúpula rojiblanca se frotan las manos también por el crecimiento de un zaguero que llegó en propiedad por tres millones de euros, aunque el Sporting de Portugal se reservó un 25% de una futura venta. El futbolista, a día de hoy, ya vale el doble de lo invertido.

El conjunto lisboeta, eso sí, se guardó varias aportaciones extra en caso de que se cumplan varios objetivos, que ascenderían en total al millón y medio de euros. Uno de ellos era precisamente que alcanzara la internacionalidad. El Granada tendrá que pagar, pero es consciente de que pule un diamante.

Max Gonalons es otro jugador con particularidades en su contrato de cesión por parte de la Roma. Además de la opción de compra obligatoria por 4 millones en caso de permanencia, también ampliaría su estancia en caso de disputar un mínimo de 45 minutos en 25 partidos. Todavía está lejos de esa marca, pese a que su importancia ha aumentado en los esquemas de Diego Martínez de un tiempo a esta parte, sobre todo desde la lesión de Montoro, ya recuperado.

El valenciano, Quini y ahora Diego Martínez son personas que han echado raíces en la ciudad, algo ratificado con sus renovaciones. Le dan una identidad al proyecto más allá de resultados, en especial la del entrenador, en plena sintonía con la dirección para aplicar los actuales valores de la entidad. Romper con la heterodoxa etapa Pozzo-Pina no fue fácil para el Granada. El primer ejercicio de la era china fue un desastre total, pero desde el descenso se emprendió un camino diferente que ha terminado dando sus frutos. Ruptura con los jugadores del fondo de inversión, apuesta por futbolistas propios con posibilidad de revalorización y la sensación de que la gente ya no está de paso. Hasta el técnico amplía su estancia, algo que ya pasó con Lucas Alcaraz, aunque luego Adams se lo cargara. El inglés ya no está y la sensatez reina en las oficinas.