Mismo equipo con una vieja manía: ganar
La pandemia justificó un verano escaso en movimientos, así que los de Zidane defienden su corona con un conjunto reconocible
Fran Rodríguez
Miércoles, 23 de diciembre 2020, 00:29
Cuentan que el Real Madrid no tiene otro estilo de juego que el que sirva para ganar. Y, si bien la frase no podría ser ... del todo exacta, nada define mejor al club blanco como aquella que dice que siempre vuelve. Cuando menos lo esperaban y en el contexto más difícil, los de Zidane completaron un último tramo de Liga perfecto para adelantar al Barça y coronarse campeón posconfinamiento el pasado curso.
Esta vez el reto era más difícil todavía:no solo superarse recuperando el cetro en Europa y asentándose como campeón nacional, sino hacerlo sin refuerzos. Una política de austeridad que avanzó Florentino Pérez antes de que arrancase el mercado y que estaba justificada por la pandemia. Así, el bloque que presenta cada semana el Madrid ha variado poco del que campeonó.
Zidane tiene un seguro bajo palos con el belga Courtois, si bien este año ha cometido algunos fallos impropios con los pies. En segundo plano queda el joven Lunin. Los defiende una dupla que no necesita muchas presentaciones, con Sergio Ramos rompiendo todos los registros conocidos y Raphael Varane a su lado. En sus ausencias, Nacho sigue cumplidor allá donde se le necesite y el brasileño Militao ha quedado algo rezagado entre lesiones y no demasiados aciertos.
En las bandas, Carvajal está reencontrándose tras una lesión que obligó a Zidane a colocar en su lugar a Lucas Vázquez, uno de los más destacados desde aquella curiosa ocurrencia. La izquierda queda para Mendy, músculo, velocidad y, aunque muchos dirían que no, Rui Silva sabe que también tiene mala idea en su disparo. Marcelo, leyenda sin duda del club, ha sido engullido por la frescura del francés.
El centro del campo merengue ha sido enterrado mil veces y ha resucitado mil una. Con Casemiro como escoba, Modric y Kroos siguen rebañando el frasco de todas las virtudes que debe tener una medular autoritaria por el ritmo del alemán y la magia del croata. La única incorporación importante del equipo fue la vuelta de Odegaard a la disciplina blanca, pero no está rayando al mismo nivel que en Donosti. Fede Valverde sigue dando dinamismo y fondo de armario, si bien el equipo se resiente si falta alguno del trío titular.
Por último, en ataque brilla Karim Benzema, el delantero centro más en forma del continente. Ejecuta el juego a una velocidad pasmosa, interpretando los movimientos de sus compañeros y rivales para sacar provecho cada vez que toca el balón. Su lesión coincidió con los picos más bajos de juego de su equipo, que no de goles ni ocasiones, algo que deja muy claro que su influencia va más allá de la puntería. Su suplente, Jovic, no ha dado ni por asomo la talla y Mariano sigue dejando una concurrida hoja de servicios, donde los goles por minuto se disparan.
Es en los extremos donde está la duda de a qué puede aspirar este equipo, al que le falta calidad sin Hazard, condenado a un calvario médico desde que firmara por los de la Castellana. Marco Asensio es otro que no ha conectado con el equipo desde que se lesionara gravemente la rodilla. Quedan por tanto las dos perlas brasileñas, Vinicius y Rodrygo. Ambos están manteniendo al equipo con chispa, si bien no van sobrados de puntería. De esta forma, con un bloque bien conocido, Zidane quiere mantener su estilo, que no es otro que ganar.
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