Dos goles a balón parado como síntoma de la desconexión

Según reflejó el estadístico Juanma Muñoz, el Granada no encajaba dos goles a balón parado en un mismo partido desde su visita al Eibar la temporada pasada, aún con Aitor Karanka como entrenador. Únicamente le pasó en una ocasión en las dos temporadas anteriores, en otras dos actuaciones a domicilio, en Huesca con Diego Martínez en 2021 y en Valencia con Robert Moreno en 2022.

El Granada parecía haber mejorado en esta faceta, muy relacionada con la capacidad de atención y concentración de los futbolistas, desde que Alexander Medina reemplazó a Paco López y sobre todo desde la aparición de Batalla en la portería. De hecho, no encajaba así desde sus dos últimos encuentros en 2023. En Balaídos, contra el Celta, Larsen marcó con un taconazo dentro del área tras un barullo originado por una pésima salida de André Ferreira; a la jornada siguiente, en Los Cármenes frente al Sevilla, Sergio Ramos sentenció el derbi andaluz al rematar sin apenas oposición un balón de Suso desde el centro del campo casi a la vuelta del descanso.

Como aquel de Ramos, también el cuarto gol gol del Villarreal, obra de Gonçalo Guedes nada más reanudarse el partido tras el intermedio, reflejó el desmoronamiento del Granada en el Estadio de la Cerámica. Nadie sabe qué pudo decirle a sus futbolistas el 'Cacique', que no creyó oportuno efectuar ninguna sustitución por la pausa, pero el luso amplió la ventaja de los amarillos sin haber entrado aún en calor prácticamente. El entrenador uruguayo, de hecho, aguantó hasta la hora para hacer sus primeros cambios.