El baile de extremos no da resultado en un partido espeso
Hasta cuatro jugadores distintos ocuparon los puestos ofensivos de las bandas, aunque sin demasiada incidencia
Las armas del Granada son las que son. Tras la salida de Pablo Sáenz al Albacete y las llegadas de Abde Rebbach y Stoichkov en ... el mercado invernal, el equipo rojiblanco quedó con cuatro extremos naturales, pudiendo el gaditano ocupar la banda en determinadas ocasiones. Un baile de extremos que probó Escribá ante el Mirandés, aunque sin resultado.
Arrancaron Tsitaishvili y Abde Rebbach de inicio, con el argelino especialmente enchufado. Utilizó su velocidad y su desborde para poner en problemas a la zaga rival, pero le faltó lucidez en los últimos metros. Algo similar al caso del georgiano, que no acabó el partido. Ambos se intercambiaron alguna vez al inicio, pero sin éxito.
Escribá aguantó sus piezas, pero inició sus cambios tras la hora de encuentro. Dio entrada a Sergio Rodelas en la izquierda, así como más tarde a Rubén Sánchez y Weissman. El de Alhendín fue el único extremo puro por el campo, ocupando el lateral catalán la derecha como carrilero. Stoichkov también se movió hacia allí en la ayuda, pero más bien finalizó como enganche por detrás de sus compañeros.
Neva quedó como tercer central en una zaga de cinco al final. Tan solo faltó Józwiak.
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