El ataque se queda seco al carecer de dominio en Villarreal
El cuadro rojiblanco no tuvo apenas el balón en el Estadio de la Cerámica, lo que explica que su único tiro a puerta llegase en el minuto 81 de juego
Fran Rodríguez
Granada
Jueves, 19 de agosto 2021, 01:05
El Granada sacó un valiosísimo punto del Estadio de La Cerámica ante un rival complicado que acabó dejando a los rojiblancos sin su nuevo mejor ... argumento. Este no es otro, desde que ha llegado Robert Moreno, que el balón. Y es que, aunque el técnico catalán y varios puntales de la plantilla han reconocido que deben estar preparados para cualquier escenario que se les pueda plantear, este equipo luce mucho más cuando domina el balón.
Claro está que en este deporte no todo está en las manos propias y ni el rival ni el escenario eran los mejores para estrenar un estilo tan ambicioso como el de este nuevo cuadro nazarí. El Villarreal es un equipo que también quiere hacerse con el cuero y mezcla el talento de sus puntas con la verticalidad de sus laterales y un excelso Gerard Moreno.
Tras varios minutos de tanteo, el balón fue pintándose de amarillo, evitando que los tres jugadores con más serenidad en sus botas, Gonalons, Milla y Monchu, calmaran el encuentro. La mejor ocasión llegó en un contragolpe que solucionaron con prisas Milla y Luis Suárez. Pero no se encontró esa jugada en la que concatenar pases, fijar la atención en un lado y buscar sorprender inmediatamente en la otra orilla.
Ni Milla ni Monchu pudieron conectar como en pretemporada, pues pocos balones pasaron por sus botas. Por ende, tampoco lograron abastecer de pases con intención a Machís, Puertas o Luis Suárez. Eso sí, todos se vaciaron en defensa. Algo que viene a refrendar que, como se asume desde la plantilla, aunque la propuesta sea muy atractiva no siempre se va a poder dominar.
Saldrán a relucir entonces esos cimientos defensivos y de enorme competitividad que se han levantado los últimos años y que el nuevo técnico tiene el deseo de perpetuar y mejorar si cabe. El Granada trabaja las dos caras del juego y no va a cruzar los brazos si el balón no pasa por sus botas. Todo lo contrario, aunque es un escenario en el que el centro del campo pierde mucha voz.
En todo caso, las alternativas en la medular y en el ataque dan a Robert Moreno la opción de explorar otros planes, como se vio en la segunda parte con la entrada en el campo de Jorge Molina junto a Carlos Bacca y el paso atrás que dieron los extremos. Una suerte de 4-4-2 que achicó espacios en defensa pero potenció las virtudes de dos delanteros que se entienden muy bien con el juego de asociación.
La mejor ocasión
Aunque en el segundo tiempo al Granada se le vio transitar mejor y conectar buenas jugadas en el perfil derecho, dando la posibilidad a Foulquier de probar varios centros, faltó probar a Gerónimo Rulli durante casi todo el encuentro. No fue hasta el minuto 85 que los rojiblancos lograron que el cancerbero argentino sacara las manos de sus bolsillos en una jugada que pilló aún al rival con once sobre el verde.
Gonalons interpretó al momento un desmarque de un Montoro muy escorado. El valenciano conectó con su paisano Molina, que sigue convirtiendo sus minutos, cuente con muchos o pocos, en auténtico peligro. El remate del alcoyano lo despejó Rulli con apuros. Pudo ser un 0-1 algo engañoso en cuanto a lo generado por ambos equipos, pero también una ocasión que demuestra que el Granada tendrá colmillos ante cualquier rival.
A la espera de otro guion
Un entrenador sabe que muy pocas veces se da el guion soñado. Someter a un rival no es sencillo y en ocasiones pasa porque el deseo de los dos conjuntos no sea el mismo. Hay equipos en LaLiga que, como el Granada en otras ocasiones, no necesitan el balón necesariamente para hacer daño. Rivales como el rocoso y excelentemente trabajado Cádiz de Cervera o el próximo rival liguero, el pragmático Valencia de Bordalás, son conjuntos que podrían de inicio regalar la posesión al Granada. No por tener el mando se verá necesariamente el programa soñado por los rojiblancos, pero sí se estará más cerca del mejor Granada, con brillo en el medio y filo en sus lanzas.
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