El pueblo de Granada con solo dos extranjeras: «Esto no lo encuentras en ninguna ciudad»
Despoblación ·
Saira y Lusi son las dos únicas foráneas con las que cuenta Gobernador, que es su hogar desde hace ya 14 añosCuando Saira y Lusi hablan de Gobernador una sonrisa se dibuja en sus rostros y no pueden evitar que se les ilumine la cara. Ambas ... llegaron al pueblo hace ahora 14 años y reconocen que nunca imaginaron que encontrarían su verdadero hogar a miles de kilómetros de sus países de origen. Ni mucho menos, que lo lo harían por amor. Un amor que comparten todavía a día de hoy con sus respectivos maridos, que nacieron y se criaron en Gobernador, y donde ellas también ven pasar sus vidas. Sin embargo, cuando echan la vista atrás, admiten que ni ellas mismas ubicaban la localidad en el mapa, pero que tampoco les costó adaptarse en exceso a su nueva tierra.
«Nos recibieron con los brazos abiertos, tanto los vecinos, como los alcaldes que ha habido todos estos años», expresan. Pese a ser las dos únicas extranjeras que han vivido en el pueblo durante un periodo extenso, afirman que siempre se han sentido una más y que sus diferencias, lejos de crear trabas, les ayudaron a converger. «Cuando llegamos, todos nos preguntaban curiosidades sobre nuestros países. Sobre cómo es la vida allí y las diferencias que percibíamos con España», cuentan.
Con poco más de 100 habitantes censados, la dificultad en Gobernador siempre ha girado en torno a las oportunidades laborales. Saira lleva años de temporera y Lusi poseía hasta hace poco una imprenta con su marido. Pese a ello, nunca se plantearon marcharse a ningún otro lugar porque, como ellas bien indican, «Gobernador engancha» y porque el pueblo «hace que uno quiera volver siempre a sus raíces». Lo mismo, explican, sucede con los jóvenes o quienes emigraron hace décadas en busca de trabajo: siempre vuelven. Ya sea los fines de semana, festivos o en época de vacaciones. El pueblo se llena e incluso duplica y triplica sus habitantes en determinadas temporadas.
«Ellos, al igual que nosotras, sienten que su casa siempre va a estar aquí». Por ello, cuando hablan del pueblo, aseguran que aquello que ha hecho que quieran seguir en él es la cercanía de las personas. Saber que cualquier ayuda que necesiten la obtendrán de sus vecinos de toda la vida, aquellos a los que ven cada mañana y quienes les arroparon desde el primer momento. La tranquilidad en el día a día y la falta de bullicio continúan la lista de pros por los que tanto Lusi y Saira como sus otros paisanos adoran la vida en Gobernador. Una lista a que también se suma la naturaleza del entorno y la libertad con la que los niños y los jóvenes pueden entrar y salir. «Esto no lo encuentras en ninguna ciudad», determinan.
En las calles por donde pasean desde hace más de una década, han crecido sus hijos y también han empezado a criar a sus nietos. Han construido sus casas y, además, le han dado forma a sus vidas, por lo que es imposible que miren sin nostalgia a su alrededor o que piensen en dejar lo que ya es su hogar. Admiten que el amor las llevó hasta Gobernador y que, posteriormente, se enamoraron del pueblo. Después de casi 15 años, aún mantienen sus acentos intactos. Vuelven a sus países, aunque ahora solo de vacaciones, porque como bien admiten, «como en Gobernador, en ningún sitio».
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