Cientos de personas arropan al vecino agredido en Guadahortuna y exigen más seguridad
La alcaldesa reclama a la Subdelegación del Gobierno más efectivos de la Guardia Civil para acabar con la ola de incidentes en el municipio
Javier Morales
Martes, 16 de abril 2019
«Vamos a dar una vuelta ahora que hay gente por la calle, no hace falta que cojamos el coche, como ya siempre lo cogemos...». ... Al acabar la manifestación en la tarde de este martes, un grupo de chicas resumió en una frase el sentir de todo un municipio, Guadahortuna, en el que desde hace años los vecinos tienen miedo a caminar solos. Temen robos, amenazas y agresiones. Más de 500 personas tomaron las calles del pueblo para pedir seguridad y arropar a Juan, última víctima de la oleada de agresiones que sufre el municipio.
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Este vecino, presente en la manifestación, quiso agradecer el cariño de todos sus paisanos y el trabajo «silencioso pero efectivo de la Guardia Civil». A sus 67 años, el pasado sábado sufrió un robo en su parcela. Según fuentes consultadas por IDEAL, los agresores lo tumbaron en el suelo. Luego propinaron puñetazos y patadas, lo metieron en un saco y arrojaron agua. Todo ello para sustraer su móvil y un vehículo.
No ha sido el único incidente en los últimos meses. Al margen de agresiones a sanitarios, y del asesinato de una mujer por dos disparos, en el pasado mes de junio, una agresión similar a la sufrida por Juan indignó al municipio en agosto del pasado año. Emilio, otro anciano del pueblo, se cruzó con tres menores de edad mientras caminaba junto a su mujer. Empezaron a increparle y uno le dio una patada. Cayó al suelo, sufriendo una hemorragia cerebral y contusiones. «Un grupo de menores está alterando la paz en el municipio», señaló entonces la alcaldesa, Josefa Caballero.
Antes, en enero, dos estudiantes problemáticos se negaron a participar en una actividad de su instituto con motivo del Día de la Paz. Agredieron a un profesor, acudieron sus familias, varios alumnos se rebelaron contra los primeros, llegó otro desconocido y amenazó con prender fuego a los coches y la Guardia Civil y la Policía Local tuvieron que intervenir para disolver el altercado. Se saldó con condenas a nueve meses de correccional y seis de libertad vigilada para los dos chicos. En 2015, un tiroteo sobresaltó a la localidad.
Estos son algunos de los antecedentes. Y los vecinos aseguran que son más, pero que hay quien no se atreve a denunciar por miedo. Como señaló la alcaldesa en su manifiesto, tras la marcha que arrancó a las siete de la tarde, hay sucesos que no cuentan en las estadísticas de la Guardia Civil.
Antonio Jesús, un joven que participó en la marcha, quiso concretar la idea de la misma: «Todos somos Juan, y todos somos la alcaldesa, que vive amenazada de muerte». «Queremos vivir en un pueblo seguro donde no se produzcan más cosas como la que le ha pasado a este hombre». Otras dos jóvenes del pueblo, Claudia y Yaira, reclamaron también más vigilancia: «Hay inseguridad y altercados todas las semanas: robos, peleas y tiroteos».
Fueron muchos los mayores que no faltaron a la convocatoria del Ayuntamiento. Juani apostilló que «no se puede juzgar igual a todo el mundo», antes de añadir que «no hay derecho, no pueden amordazar a una persona en su propio terreno, pensaban que estaba muerto, y si no hubiesen seguido». La mayoría de los habitantes tiene perfectamente indentificados a los presuntos autores de esta y otras muchas agresiones. Su vecina, María, vio hace una semana cómo le robaban artilugios de labranza y combustible de su cortijo: «Esto no pasa desde hace meses, ya son años».
En el comunicado leído en una de las plazas de Guadahortuna, su alcaldesa pidió una «convivencia en paz entre todos y todas, que se respeten derechos y libertades y la integridad física y moral». Caballero instó a que la Subdelegación del Gobierno dote «de más medios y efectivos personales de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Guardia Civil».
Guadahortuna es un pueblo «que quiere vivir en paz desde el respeto», del que los vecinos «quieren disfrutar» sin altercados. «Llevamos muchos meses en los que se han producido robos, intimidaciones y coacciones», señaló la alcaldesa. Aunque ya han comunicado en varias ocasiones a la Subdelegación del Gobierno la necesidad de aumentar la vigilancia en el pueblo, incluso con recogidas de firmas, la respuesta recibida es que «son hechos puntuales y no se puede hacer nada más».
Juan y su familia, emocionados, en voz de la propia alcaldesa, transmitieron a todo el municipio el agradecimiento por una manifestación multitudinaria -hay 1.956 personas censadas en la localidad- en apoyo a la víctima más reciente. Pero sobre todo, el pueblo gritó porque quieren que sea la última: «¡Basta ya! Queremos vivir seguros».
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