Cien tiros por una separación en Guadahortuna (Granada)

En total, hicieron unos cien disparos. Lo asombroso es que, dada la intensidad del tiroteo, no se produjeran víctimas mortales.

Al parecer, la disputa se originó por la separación de un matrimonio con una denuncia por maltrato incluida, según las pesquisas que llevó a cabo en su día la Guardia Civil, que, durante el transcurso de la investigación, llegó a detener a una quincena de personas.

Nada dice el escrito de acusación de la fiscalía provincial sobre las causas de la refriega, que irá a juicio en la Audiencia de Granada el próximo mes de febrero. El ministerio público se limita a decir que existían «desavenencias familiares» entre los procesados, lo que, a su vez, motivó una «fuerte discusión». Y de ahí se pasó a un duelo como los de los 'westerns'. Los acusados, dos por un lado y tres por otro, se citaron -siempre según el relato de la fiscalía- en la calle Nueva de Guadahortuna. Era de noche. Los ánimos estaban encendidos y, en un momento dado, uno de los presuntos implicados mostró una 'recortada' al trío rival. Su acompañante, que también era su hermano, esgrimió una pistola del calibre 22.

Sus tres adversarios no se amilanaron y amenazaron con escopetas a sus enemigos. Y se lió la balacera. Según el relato de los hechos elaborado por el fiscal, el primero que apretó el gatillo fue el encausado que iba armado con la 'recortada'. «Abrió fuego» y alcanzó a uno de sus contrincantes, «que resultó con lesiones de múltiples heridas por perdigones en la pierna izquierda, glúteo e ingle izquierda». También tiroteó a otro de los integrantes del grupo antagonista, «aunque no llegó a impactarle, pues, afortunadamente, logró esquivar el disparo».

Por suerte, el individuo que blandía la pistola no dañó a nadie a pesar de que efectuó varios disparos.

«Los otros tres procesados», por su parte, hicieron uso de sus escopetas, aunque no consta que hirieran a nadie.

El caso es que los dos hermanos que, según la fiscalía, iniciaron la agresión acabaron refugiándose en su casa, junto con un menor de edad, «para proteger su integridad». Pero el tiroteo no se detuvo, «con cerca de cien disparos entre unos y otros, siendo incautados posteriormente por la Guardia Civil, tanto en la vía pública como en la fachada e interior de la vivienda» asediada «multitud de cartuchos de caza del calibre 12, así como vainas del calibre 22, estas últimas procedentes de la pistola», refiere el escrito de acusación del ministerio público.

Ninguno de los presuntos implicados tenía permiso de armas.

En este sentido, los cinco encausados se enfrentan a los cargos tenencia ilegal de escopetas y pistolas y homicidio en grado de tentativa. Así las cosas, y si son hallados culpables, cada uno de ellos tendrá que pasar más de seis años entre rejas.

Se da la circunstancia de que, en septiembre de 2017, se registró otro tiroteo en el municipio de Guadahortuna. La fachada de una casa recibió cinco impactos de bala. El suceso ocurrió de madrugada. Fue el primer día de la feria de la localidad. Un agente de la Guardia Civil resultó herido en el abdomen. Fue trasladado al hospital Campus de la Salud de Granada, pero sus lesiones no revestían gravedad y fue dado de alta. En un primero momento, hubo un detenido.

El tiroteo se produjo tras una pelea en la caseta municipal que fue presenciada por decenas de vecinos del pueblo.