El hotel canino de Granada que ha acogido a 30 perros policía durante la cumbre
La residencia Sagasta, en Churriana de la Vega, está ya acostumbrada a ser el hogar temporal de los animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
Rafael Ortiz recibió la llamada allá por agosto. La Policía Nacional le solicitaba hueco en su residencia canina para dejar durante unos días a una ... treintena de perros del Cuerpo. La respuesta, como siempre, fue un sí rotundo -no era la primera vez que recibía esa llamada-. Aunque esta vez había una diferencia: el número de animales que dejarían era más alto de lo habitual y el secretismo dejaba entrever que el motivo de aquella petición era de peso. En efecto, la cumbre europea, celebrada en Granada el jueves y viernes de la semana pasada, estaba detrás de todo. La residencia Sagasta, en Churriana de la Vega, ha sido el hogar de los perros de la Policía Nacional durante el macroevento que ha revolucionado Granada.
Rafael suele trabajar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Siempre que hay una cita especial acuden a él para que los animales pernocten en su hotel canino, como él lo denomina. Lleva acogiéndolos alrededor de quince años. «Recuerdo que en 2010 hubo otro evento importante en el que dejaron unos veinte perros», cuenta Rafael Ortiz, el dueño.
Esta vez le avisaron con dos meses de antelación; solicitaban bastantes habitáculos en la residencia para que los animales pudieran descansar durante la cumbre. Los agentes los fueron dejando desde una semana antes. Eran de tres razas: pastores alemanes, pastores belgas y dóberman. «Se trata de perros antiexplosivos y antidisturbios, muy educados y sociables. Están acostumbrados a estar con gente, es un placer tenerlos aquí», cuenta el dueño de la residencia, que también ofrece servicio de adiestramiento.
Lo único que demandaban los policías era un espacio adecuado para el descanso de los perros, que trabajan en turnos de ocho horas, como si de un funcionario se tratase. «Yo no tenía que hacer nada más, ya que a cada uno lo alimentaba y lo sacaba a pasear su dueño. Los traían cuando acababan su turno y se los llevaban cuando les tocaba, venían tanto de día como de noche, a cualquier hora», detalla Rafael. En la residencia siempre hay personal las 24 horas del día. Esos días, con más motivo.
La Guardia Civil también le contactó para dejar a otros catorce canes, pero ya no tenía más espacio, no podía dejar de atender a sus clientes habituales. La dedicación y el cariño tuvieron su recompensa, y la Policía Nacional le agradeció a Rafael en persona su hospitalidad. «Los animales estuvieron muy a gusto y vinieron dos mandos del Cuerpo a despedirse», agrega el granadino. Ya le avisaron de que en breves precisarán de nuevo sus servicios. Y Rafael, como siempre, estará encantado de atenderlos.
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