Infinitas formas de encestar

En un lance, los accitanos roban la pelota en defensa y rápidamente el pivote corre a la portería contraria conduciendo con habilidad y dispuesto a encarar solo al portero para marcar un tanto. En estas un rival le da alcance, lo empuja con el hombro en la disputa del balón y termina derribando a su oponente. El delantero cae al suelo de bruces. Entonces, quien evita la ocasión manifiesta de gol se olvida por completo del balón, de la jugada y del partido para acudir súbito a levantar a su rival del suelo ofreciéndole una disculpa con el gesto.

Este acepta la ayuda, coge la mano de su adversario y le indica que siga jugando. Se trata de una de esas intrahistorias que se dibujan en el marco del deporte y que, como bien apunta el segundo técnico del Granada B, David Tenorio, pueden dar explicación al incansable trabajo de entrenadores, monitores y profesores dirigidos a la actividad física y especialmente al deporte en el que hay implicadas personas con discapacidad intelectual.

Todo esto ocurrió hace unos días, cuando el Colegio Jean Piaget organizó sus duodécimos encuentros deportivos invitando a distintos centros de la provincia de Granada. Una jornada muy esperada durante el año por los alumnos, profesores y familiares, que sirve a los formadores para encauzar el modelo educativo a través de los valores del deporte.

La jornada, en la que participaron cerca de quinientos alumnos, la organizaron los distintos jefes de estudios de cada centro y se celebró el pasado jueves en las instalaciones deportivas de la Diputación de Granada. Comenzó con el tradicional desfile de los grupos asistentes, seguido por una animada batucada de los alumnos del Piaget. A continuación, se comenzaron a suceder los partidos de fútbol sala y baloncesto en las pistas exteriores y los juegos tradicionales dentro del pabellón.

«El deporte para nuestros alumnos, con diferentes grados de discapacidad intelectual, es una fuente de motivación muy importante. A través de ella aprenden valores como el trabajo en equipo, ganan en la confianza en sí mismos y se sienten importantes dentro de un grupo porque son protagonistas en todo momento de su competición», afirma Isabel Valverde, la directora del centro Jean Piaget.

«Nos enriquece»

En uno de los carteles que adorna su centro pueden leerse mensajes que invitan a conocer, aceptar y comprender qué significa discapacidad en el mundo del deporte, que debe ser «la diversidad funcional que tanto nos enriquece», apunta. Para los jugadores, se trata de un día muy importante. Estos encuentros son esperados durante todo el año. En cada recreo del curso organizan equipos y preparan la estrategia junto al profesor para emplearla en un día tan señalado en el calendario.

Los familiares han aplaudido una vez más el esfuerzo de Jean Piaget y del resto de centros participantes, que fueron: Nuestra Señora de la Esperanza de Guadix, San Rafael, Santa Teresa, Purísima Concepción, Luis Pastor de Motril, Docete Omnes y Sagrada Familia. Contó la jornada del mismo modo con la colaboración de la Diputación de Granada en la cesión de sus instalaciones y con la Asociación de Unihockey, que organizó un taller de floorball dentro del pabellón cubierto.

Y al final todos los participantes se marcharon con una medalla colgada del cuello. Significa que todos alcanzaron la meta que la organización les había puesto. Todos los deportistas derrocharon esfuerzo, demostraron que hay formas infinitas de llegar a la meta. Aunque ahora el metal ya sólo luce en la vitrina. Ellos y ellas sólo piensan en la próxima edición.