Playa Granada capea el temporal y cerrará un verano turístico mejor que el de 2019

Hasta que las olas no vuelvan a dejar arena en la orilla de las zonas más afectadas las máquinas no podrán trabajar para reducir el escalón de un metro de altura que divide la primera línea en dos niveles. El consistorio pasará las niveladoras cuando sea posible entre el Bonobo y el hotel Impressive, aunque ya actúan en el resto de la playa. Sin embargo, una semana después de que la playa desapareciera en Motril los hosteleros tienen buenas perspectivas para el verano y pese al bache todo parece indicar que salvarán una temporada turística que es similar al 2019, el mejor verano para la Costa de Granada.

Francisco Trujillo, presidente de los chiringuiteros, señala que, a una semana de que empiece septiembre, la facturación de este verano será igual a 2019 o hasta un 5% superior. A pesar de los buenos datos y la recuperación del sector, los costes de producción y la subida de la energía y los suministros hará que los ingresos sean mucho menores para los empresarios.

La asociación aglutina a unas 60 empresas del litoral y al igual que en temporadas normales, los establecimientos han alcanzado casi el millar de contrataciones en personal de refuerzo. En el verano de 2020, 700 de estos empleos se quedaron en el aire por la irrupción de la covid. Trujillo se reunirá, como vicepresidente primero de la Federación Andaluza y Nacional de Empresarios de Playas, se reunirá el próximo 7 de septiembre con el secretario de estado para poner sobre la mesa la falta de espigones en Granada, entre otras cuestiones acuciantes para el sector.

Óscar, propietario del chiringuito el Bonobo, cuenta que, aunque aún no han hecho balance, los días de temporal cayó la facturación del chiringuito y la fila de hamacas y sombrillas quedó inutilizada. «Estamos ya hartos de la misma historia. En verano es cuando parece tomar más relevancia el tema, pero todos los inviernos el agua llega hasta nuestro chiringuito. Son seis años ya, desde que abrimos, pendientes», explica.

A pesar del mal rato que pasó el hostelero la semana pasada, cree que el verano acabará con unos resultados similares a un verano de la prepandemia.

En el hotel de Playa Granada, esta semana al igual que la anterior y todo el mes de agosto están llenos. Playa Granada ha capeado el temporal, pero el Ayuntamiento espera que Costas evalúe sus playas a final de verano y que se le dé una fecha para los espigones. Además, la plataforma por las infraestructuras marcará un nuevo calendario de reivindicaciones en septiembre.

Las playas de Granada afrontan su enésimo verano sin defensas. Y si la situación no se reviste, el año que viene tampoco habrá espigones. La preocupación de los alcaldes y los empresarios crece, mientras los proyectos, a excepción del de Motril que es el más avanzado, siguen exactamente en el mismo punto desde hace meses, sin nuevas noticias y sin perspectivas de que en este 2022, tal y como se anunció, se saque a concurso la adjudicación de las seis escolleras previstas, defensas que a finales de 2023, bajo el 'amparo' de los fondos europeos, deberían estar ejecutadas.

Demandas del sector

Los espigones de Salobreña y Playa Granada y el plan de creación de playa en Castillo de Baños (Polopos-La Mamola), donde las olas rompen directamente en el paseo marítimo y no hay arena, se encuentran en fase de tramitación ambiental, según apunto Subdelegación del Gobierno a IDEAL la semana pasada. Por último, están «en diferentes fases de supervisión técnica» los otros tres proyectos restantes, los dos de Albuñol (espigón de La Rábita y el espigón del Pozuelo), así como el de mejora de las playas de Castell de Ferro, todos a la espera de poder pasar a calificación ambiental, misma situación que en febrero, cuando este periódico volvió a consultar.

La Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada denunció la semana pasada que lleva muchos años reclamando una solución definitiva a la problemática que generan los temporales en la Costa. El presidente ha instado a las administraciones a convocar una reunión urgente de seguimiento del proceso de construcción de los espigones para que de una vez por todas se especifique un calendario público.