Obras en Granada

Así es la nueva Almuñécar que viene: más viviendas, hoteles e industria

Este viernes el pleno de la corporación sexitana someterá a aprobación provisional el PGOU, el último trámite de competencia municipal que dará paso a una aprobación definitiva. Después, todo el proyecto pasará a las manos de la Junta de Andalucía, con la previsión y la esperanza de que antes de que acabe este 2023 esté aprobado para que Almuñécar abra otro capítulo en su historia. El actual suelo urbano alberga 600 hectáreas. El nuevo Plan General de Ordenación Urbana recoge otras 300 hectáreas urbanizables, 100 de ellas incluidas en el PGOU de 1987 que no se han desarrollado. Un volumen considerado de suelo se utilizará para la creación de nuevas zonas comerciales demandadas por los empresarios y residenciales que remedien el déficit de viviendas.

El planeamiento da la posibilidad de que la localidad pueda dotarse en total de entre 3.600 y 4.000 viviendas. Al menos un 30%, 1.500 de ellas aproximadamente, se contemplan como VPO. Se repartirán por varios sectores, pero especialmente estarán ubicadas en La Herradura, la zona de la localidad que se ha quedado pequeña y donde la demanda crece sin freno. Para todos esos vecinos que llegarán, hay proyectadas infraestructuras. Actualmente no hay suelo donde se pueda aumentar equipamientos, pero el nuevo planeamiento contempla un parque en el centro de la ciudad, en la Sandovala, de 170.000 metros cuadrados que estará abrazado por edificios y una zona hotelera en el sur, además de un palacio de congresos en su corazón.

Otros 25.000 metros cuadrados se han reservado para la creación de una Ciudad Deportiva en las inmediaciones del colegio público de la Santa Cruz. La falta de suelo para uso comercial e industrial se solventa también con la proyección de una nueva área logística de 25.000 metros con aparcamiento para camiones en el exterior de la ciudad, donde está Herco Frut. Se amplía también en 40.000 metros cuadrados la zona anexa al polígono industrial de Taramay. De la misma forma, se mantiene la zona industrial y sin desarrollar contemplada en el sector P3, que no se ha llegado a tocar por problemas de inundabilidad. Con nuevos estudios hídricos, el equipo de gobierno ha planteado una solución para que el suelo sea viable, unas medidas correctoras que deberá aprobar la Junta. Además, a estos espacios comerciales e industriales se le suma una gran zona comercial en el margen derecho en el Camino Bajo, en la subida de la carretera Suspiro del Moro, de 125.000 metros cuadrados.

El recinto ferial que hoy se conoce no será tampoco el mismo cuando se apruebe el nuevo planeamiento. Se trasladará a la zona del Moruno, en el margen del río Seco, y ocupará 20.000 metros cuadrados.

Las áreas donde el Ayuntamiento contempla la construcción de viviendas son principalmente la zona Norte, entre la avenida Costa del Sol y la carretera nacional, donde se situará una cartera de edificaciones en distintas alturas y compondrán la oferta del centro de la ciudad, la zona del ferial y alrededor de la ciudad deportiva. Mientras que en La Herradura se han previsto viviendas en distintos sectores. Para responder al aumento de la población en la pedanía, se quiere construir un nuevo acceso desde la carretera nacional, junto a un apeadero, en 3.000 metros cuadrados. Por fin se amplían equipamientos educativos con 8.000 metros cuadrados adicionales para que los alumnos tengan recreo y no deban desplazarse al pabellón deportivo para sus clases de gimnasia. En Almuñécar también se ha previsto una nueva estación de autobuses de 5.000 metros cuadrados, entre otras mejoras.

El planeamiento, que se puso en marcha en 2019, ha recibido cerca de 1.350 alegaciones, 750 de ellas han sido aceptadas parcialmente. La mayoría de las alegaciones desestimadas eran la misma «instigadas», según el Ayuntamiento, por el exalcalde, Juan Carlos Benavides, y su formación, Convergencia Andaluza.

Uno de los aspectos que ha tenido en cuenta y ha corregido el consistorio fue señalado por expertos y arquitectos locales. Al principio, el área de la Sandovala recogía la posibilidad de construir edificios de hasta 8 plantas de altura. Se temía la sobreexplotación y que estos bloques hicieran pantalla, por lo que se limitó a un máximo de cinco.

Sin embargo, queda una cuestión por resolver del todo. Almuñécar-La Herradura cuenta con urbanizaciones periféricas construidas en la era de «especulación» urbanística que no están acabadas. En la aprobación inicial del plan, que tuvo lugar en agosto de 2019, se utilizó como estrategia establecer unas áreas de mejora urbana (Amu) que fueron controvertidas con la intención de establecer un plan económico a ocho años para terminar las infraestructuras pendientes y que así el ayuntamiento las pudiera recepcionar. Esta medida recibió «un montón» de alegaciones en contra que se han estimado total o parcialmente y han desaparecido. La situación de estas urbanizaciones se incluyen en un anexo del planeamiento como problemas detectados que se tienen que resolver. Hay algunas urbanizaciones que por sentencia incluso se obliga al Ayuntamiento a aceptarlas.

El equipo de gobierno quiere reunirse con los afectados para elaborar un plan de choque que de cobertura a estas urbanizaciones periféricas sin servicios básicos como redes de saneamiento, iluminación pública o acerado, con el fin de asumirlas a medio plazo tras realizar obras de mejoras cofinanciadas con los propietarios, Ayuntamiento, Mancomunidad, otras administraciones, así como la búsqueda de ayudas.

Los Pinos, Las Palomas, Punta de la Mona, Curumbico, Delta … Al menos 15 se encuentran en este limbo. «Entendemos que los compradores que adquirieron estas viviendas de buena fe no son los responsables, son los especuladores, pero para arreglar las deficiencias es imprescindible arrimar el hombro», destaca Francisco Javier García, concejal de Urbanismo.

El alcalde, Juan José Ruiz Joya, confía en que la reforma del PGOU salga adelante. «Nuestro plan del 87 está completamente obsoleto, estamos atados de pies y manos desde hace años. Con este planeamiento, podremos poner en carga nuevo suelo para desarrollar una ciudad que dará trabajo a cientos de empresas y vecinos, generará riqueza y lo más importante es que tiene seguridad jurídica, algo que hasta ahora no había ocurrido», manifiesta el regidor, que agradece la dedicación al responsable del área de Urbanismo y su equipo.

El planeamiento cumple con los requisitos de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, que se deberá adaptar a la nueva ley de impulso para la sostenibilidad del territorio de Andalucía (Lista). «No es un problema para este Ayuntamiento. Entendemos el urbanismo como un órgano vivo que se debe actualizar, adaptar a los nuevos tiempos y a las necesidades de la ciudad y sus vecinos. Lo que ha ocurrido en este municipio en los últimos 36 años no puede volver a pasar», resume Francisco Javier García, edil de Urbanismo. «Como arquitecto técnico, será un orgullo para mí que este plan lleve mi nombre y el de todo el equipo redactor. Se ha hecho prácticamente, a excepción de algunos estudios, en el seno del Ayuntamiento, con sus técnicos. Esto es historia», apunta. «Gracias a los técnicos Eduardo Zurita, Victoria Carmona, Juan José Fernández, Patricia Alférez y Moisés García por años de trabajo para que todo esto sea posible», sentencia.