Dando fe del amor y del desamor
Los matrimonios ante notario comienzan a ponerse de moda, pero aún los duplican los divorcios
YENALIA HUERTAS
Viernes, 27 de enero 2017, 01:59
La norma que permite casar a los notarios, la Ley de Jurisdicción Voluntaria, entró en vigor el 23 de julio de 2015, así que para ... iniciar un balance completo de su aplicación hay que retroceder hasta el último trimestre de ese año. En esos últimos meses, los notarios casaron en Andalucía a 132 parejas , 9 de ellas en Granada, y divorciaron o separaron a 254, 20 de ellas aquí. Comenzó entonces a correrse la voz sobre las bondades de esta opción de casarse, gracias a las satisfactorias experiencias de los primeros novios que se decantaron por esta novedosa forma de sellar el amor, hasta el punto de poder afirmar hoy que las bodas ante notario comienzan a ponerse de moda.
La vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía, que tiene su despacho en Granada capital, María Teresa Barea, da fe de ello, aunque admite que todavía la tendencia general es que hay más divorcios o separaciones de mutuo acuerdo ante notario que bodas. «Yo diría que el balance general desde la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, que es la que introduce las competencias, es sumamente positivo, y creo que en eso estamos de acuerdo todos los notarios y los otros operadores jurídicos afectados», indica.
En 2016, las uniones en notaría en la región fueron 960, frente a 1.064 desuniones. Luego cada provincia es un mundo. En las estadísticas Granada tiene una posición bastante discreta, se sitúa la quinta en el ranking andaluz, con 52 enlaces en todo el año, o lo que es lo mismo, una media de cuatro al mes. En cuanto a los divorcios o separaciones, se firmaron 93, casi el doble que uniones. Donde más bodas de este tipo se celebraron fue en las provincias de Málaga (300), Sevilla (224), Cádiz (148) y Córdoba (147). Por detrás de Granada, se quedan Almería, Huelva y Jaén, donde se registraron 26, 24 y 21, respectivamente.
A la hora de hablar de divorcios y separaciones, se mantienen más o menos las proporciones, pues Málaga también lidera la lista, con los 312 registrados el año pasado, seguida de Sevilla (283), y Córdoba y Huelva (ambas con 61). En la provincia de Granada hay 57 notarios, 19 de ellos en la capital. En Andalucía, son 513 las notarías.
Hay que aclarar, no obstante, que la referida ley no sólo contiene estas dos competencias de matrimonios o divorcios, aunque sean las que más han llamado la atención a la opinión pública por tratarse de las cosas del querer. La norma, como recuerda Barea, abarca más, como pueden ser las actas de declaración de herederos de parientes colaterales, escrituras de consignación, actas para reclamar deudas dinerarias o renuncia a cargo de albacea, «una serie de competencias muy importantes que han descargado a los tribunales de bastante volumen de trabajo y que se están ejecutando de forma muy ágil en las notarias».
Los notarios han ido notando en los últimos meses «un mayor interés de la población en general por estos servicios» y, por ende, un incremento en la demanda. «Hay una tendencia moderada al alza», afirma la vicedecana, para quien no existe un perfil de pareja en las bodas que celebra su colectivo. «Por mi propia experiencia personal, y por lo que he podido comentar con algunos compañeros, tenemos perfiles muy distintos de personas que vienen a contraer matrimonio». Hay parejas muy jóvenes y otras más maduras, que vienen de un anterior matrimonio, así como tanto parejas heterosexuales como homosexuales.
En las desuniones, sucede exactamente igual, aunque cabe recordar en este punto que no todo el mundo puede poner fin al amor ante notario. Sólo se puede hacer si se cumplen dos requisitos: el primero que sea de mutuo acuerdo y el segundo que no haya hijos menores ni incapacitados, porque para protegerlos hace falta el fiscal y en esos casos el trámite tendría que ser judicial.
Casarse ante notario no es caro: Eso es un mito, según admite la vicedecana, pues los aranceles que se han fijado para este tipo de actos -que son los de los documentos sin cuantía, como son los testamentos, las capitulaciones matrimoniales o los poderes- son muy asequibles. «Mi experiencia es que a la gente, cuando viene y se informa, le sorprende el coste que tiene, porque no se corresponde con la información que había recibido». El coste de una escritura de matrimonio, según Barea, «ronda los 150 euros». Eso sí, si el notario tiene que trasladarse a algún lugar concreto porque los contrayentes hayan buscado un escenario especial, alternativo a la notaría, lo normal es que se cobre también el desplazamiento. Divorciarse o separarse mediante escrituras vale lo mismo. El único matiz es que si hay también liquidación de los bienes gananciales es un concepto distinto que se cobra aparte, pero lo que es el acto de divorcio cuesta también 150 euros, 20 euros arriba o abajo.
«Según tengo entendido, cuando la gente acude a casarse a las sedes de los registros civiles o los ayuntamientos el precio es muy dispar. A lo mejor en el Registro Civil el coste es menor, ahora bien, el tiempo de espera o el día que te asignan es otro elemento a tener en cuenta, porque el tiempo es dinero también de alguna manera, entonces la agilidad del trámite compensa esa pequeña diferencia». En el caso de los ayuntamientos, si se elige un espacio determinado hay que pagar en muchas ocasiones el precio estipulado por su uso. «A poco que alguien quiera alquilar un espacio público para contraer matrimonio, el coste mismo que tiene ese alquiler para la celebración es infinitamente superior a lo que pueda costar la escritura de matrimonio ante notario», recalca Barea, que ha casado ya a cinco parejas. Cuatro decidieron firmar en su despacho y la restante llevó a cabo la boda fuera. Lo normal es que el acto se desarrolle en las oficinas de la notaría, «pero en casos puntuales, previa solicitud y si el notario tiene disponibilidad para acercarse al lugar que sea, puede consentir acudir».
Dos grandes ventajas
¿Ventajas de dar el 'sí quiero' ante un notario? La primera es «la agilidad en el trámite», y la segunda, que el ambiente es «más íntimo, cercano y amable». En cuanto al papeleo que conlleva hay que distinguir dos fases. En la primera, las más engorrosa, se debe reunir toda la documentación para tramitar el expediente matrimonial, que tiene como finalidad comprobar que los contrayentes tienen capacidad para contraer matrimonio.
Por el momento y hasta ahora, el expediente se tramita exclusivamente en el Registro Civil, pero a partir de julio de este año los notarios asumirán también su tramitación, de modo que todo se podrá hacer en la notaría. Para ese expediente, los contrayentes deben aportar sus DNI, partidas de nacimiento, un testigo, los certificados de empadronamiento y, si han tenido un anterior matrimonio, la partida también de ese enlace donde conste el divorcio. En esa primera fase se hace además una entrevista personal para comprobar que es una pareja que está en condiciones de casarse.
La segunda fase es el acto de la boda en sí, que ya sería en la notaría, donde hay que llevar el documento que resulta del expediente anterior, junto con los DNI y dos testigos, que firman también las escrituras. A partir de ahí, a ser felices y comer perdices.
«No es lo mismo casarte en una sala fría que en tu casa»
José Miguel Sáiz-Pardo y su mujer Lola, de 45 y 42 años, contrajeron matrimonio el 9 de diciembre de 2015 ante la notaria Pilar López-Palma. Fue una boda muy íntima, tanto que la celebraron en su propia casa, un ático situado en la zona de la Feria de Muestras de Armilla. Él vistió unos vaqueros y ella una falda. No querían demasiada parafernalia en sus segundas nupcias. Los invitados fueron exclusivamente familiares y festejaron su unión con una comida en el hogar. En la casa se juntaron unas 18 personas y hasta allí se desplazó la notaria, a quien estarán siempre muy agradecidos por todas las facilidades que les dio. Fue, de hecho, una de las primeras bodas ante notario de Granada.
«Tenía afinidad personal con Pilar y, la verdad, casarte en un Ayuntamiento me parecía muy frío», explica José Miguel. La pareja preparó la casa para la ocasión y encargó el menú a un servicio de catering. La ceremonia fue por todo lo alto, tuvo lugar en la terraza, y se dieron el 'sí quiero' entre sus macetas de margaritas. «Fue muy íntimo y muy acogedor», subraya. Las razones para elegir esta opción de casamiento fueron dos: «la cercanía personal» y «el ambiente», ya que, «no es lo mismo casarte en una sala fría, por mucho que le quieras poner flores, que casarte en tu casa».
Aunque prescindieron de la mayoría de los elementos de una boda tradicional -no hubo tampoco intercambio de alianzas ni reportaje fotográfico-, no renunciaron a la luna de miel. El destino de su viaje de novios fue Nueva York, donde se hicieron la primera instantánea como recién casados. Les costó unos 200 euros, «mucho más barato que si nos hubiéramos casado en el Ayuntamiento». José Miguel asegura con contundencia que volverían a repetir boda y notaria.
«Yo quería una boda que fuera ágil y rápida»
La pareja formada por Marina Pasquau y Paco Martínez, ambos profesores, se decantó por casarse ante notario por la rapidez y la agilidad en los trámites. La persona que ofició la ceremonia no fue ni un cura ni un concejal ni un juez de paz; los casó el notario Juan Antonio López Frías. La boda se celebró el 30 de julio del año pasado. Era sábado. Les costó unos 150 euros. Aunque la opción de casamiento fuese diferente a las elegidas por la mayoría, el enlace fue tradicional en muchos otros puntos.
Ella, radiante, fue vestida de blanco y llevó velo. Él, se enfundó un elegante traje. Sellaron su amor en una ceremonia donde los invitados fueron también de gala. Los cónyuges, de 33 años los dos, llevaban 15 años de noviazgo. En las fechas previas al enlace, estaban separados físicamente por trabajo y decidieron dar el paso «para no alargarlo más». Pero ella seguía fuera, en Valencia, y para organizar la boda era un poco complicado. «Valoramos todas las opciones, tanto la de casarnos por la Iglesia como por lo civil. Yo quería una boda que fuera ágil y rápida; no quería meterme en complicaciones, porque tenía los fines de semana para organizarla y no quería complicarme. Empecé a hablar con la gente y a pedir opiniones de cómo lo habían hecho y me hablaron de que ya podían casar los notarios, que era otra opción nueva. Entonces tomamos la decisión de que finalmente lo haríamos por lo civil, pues queríamos que fuese en un sitio», cuenta Marina.
El Cortijo de Enmedio de La Zubia era el escenario escogido. Para ella fue determinante una conversación que mantuvo con su tío a la hora de elegir un notario. «Me habían hablado muy bien de las bodas ante notario, era muy nuevo pero a la gente que lo había hecho le había ido muy bien, y ya fue cuando hicimos todo el trámite de ir al Registro Civil», añade. El expediente matrimonial tardó un poco, unos dos meses, pero una vez solventado el trámite, se lo dieron al notario y todo fue coser y cantar.
«Fue rapidísimo todo. Nosotros elegimos el día y la hora, y no hubo ningún problema. El notario, al tener muy buena relación con mi tío, nos hizo el favor de desplazarse», señala la novia, que se confiesa «muy contenta» con su elección. Aparte, el precio, como reconoce, «está muy bien». De hecho, tiene amigas que se casaron de otra manera y «les costó bastante más». Están felices.
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