El granadino que descubrió un nuevo planeta

«Me involucré en este proyecto en el mes de enero, aunque esta investigación lleva haciéndose desde hace mucho tiempo», afirmó Morales a este periódico.

Entre las funciones que tuvo que realizar está la de llevar a cabo un seguimiento a través de la observación de las estrellas con dos telescopios del Observatorio Europeo Austral. «Uno de los instrumentos que se utilizaron para contemplar los fenómenos astrofísicos provenía de nuestro instituto y está situado en el desierto de Atacama en Chile», comentó.

También fue uno de los autores que redactaron el artículo científico en el que se detallan los avances que se han realizado y las características que han encontrado en este nuevo planeta al que decidieron llamar Proxima b.

«Este hecho abre un mundo completamente nuevo de investigación. Con los avances tecnológicos podremos descubrir cosas en algunos años, pero para saberlo todo por completo deberemos esperar aún mucho tiempo», señaló.

De momento, lo que se sabe de este astro es que está situado a siete millones de años de la estrella Proxima Centauri. «Nosotros estamos a 50 millones de años del Sol, sin embargo, el hecho de que Proxima Centauri sea más fría es lo que hace compatible que pueda existir presencia de agua líquida en su superficie, aunque tampoco es algo seguro», comentó.

Otro de los datos que se dedujo a raíz de este estudio es que tarda once días en dar una vuelta alrededor de su estrella, que además es la más cercana a la Tierra.

«Una de las principales preocupaciones que tuvimos durante el proyecto fue que hubo que asegurarse de que era un planeta y no nos estábamos confundiendo por las emisiones que produce la propia estrella cercana a él», explicó. Estas confusiones pueden producirse debido a que las enanas rojas, como Proxima Centauri, son estrellas activas que pueden tener ciertas variaciones generando efectos parecidos a los que provoca la presencia de un planeta.

Hallazgo

Para este astrofísico, el hallazgo no ha sido una sorpresa, ya que era algo que habían visto desde hace mucho tiempo y en lo que estaban trabajando para tener una confirmación segura de que sus deducciones eran ciertas.

De momento, en los próximos cinco años se intentará que se pueda empezar a trabajar con varios telescopios de última generación. Entre ellos estará el James Webb Space Telescope, el cual está previsto que viaje al espacio dentro de dos años. Con esta iniciativa se espera que al menos sea posible conocer un poco más este nuevo astro y saber de qué está compuesto o si realmente tiene claras coincidencias con la Tierra.