Granada acumula más de 160 denuncias por personas desaparecidas
La mayoría de los casos recogidos por Guardia Civil y Policía Nacional se cierran y sólo quedan enquistados una minoría
carolina rodríguez
Martes, 17 de noviembre 2015, 00:16
Desaparecer. Esfumarse. Perderse del mapa sin tener una varita mágica que dé explicaciones o devuelva aquello que se ha perdido. En ocasiones la vida se ... parece a un truco de magia. Un truco bastante más complicado que tiene a familias enteras en vilo, barrios levantados y a los cuerpos y fuerzas de seguridad en alerta para encontrar a aquellas personas que de un día a otro no están.
Granada lleva días buscando a Hugo. Al joven de 31 años, vecino de Casería de Montijo, se le perdió la pista el pasado día 6 de noviembre y desde entonces todo es silencio para su familia, amigos y, hasta el momento, para todos los que lo buscan. Nadie sabe nada y la investigación sigue abierta a la espera de unas noticias que hagan que Hugo no sea un caso más de búsqueda sin respuesta como los 14.000 casos a nivel nacional que esperan un punto final. Aunque hay muchos casos abiertos, hay otros que se cierran. En Granada, durante el año 2014 la Guardia Civil recibió 113 denuncias de desapariciones. Todas se solventaron. En lo que va de año se han formulado 97 denuncias y, por el momento, sólo quedan 5 desaparecidos. Tres de ellos extranjeros y dos, además, menores. Las cifras en el caso de las denuncias formuladas en la Policía Nacional son parecidas, según ha podido saber IDEAL, hasta el momento se ha trabajado en 70 casos de desapariciones, un número parecido al de años anteriores y que explica las líneas básicas de este tipo de casos. Y es que cada historia es un mundo, pero dentro de los casos de desaparecidos también hay trazos que se repiten y son habituales. Coinciden los responsables en este tipo de investigaciones de que, muchos de los casos se resuelven de manera rápida, las 'escapadas' de jóvenes son las más habituales. Pataletas o discusiones familiares que los mantienen durante un fin de semana o una semana fuera de casa pero que al recapacitar o al no tener más recursos hacen que el protagonista se replantee su vuelta. Las fugas 'por amor' también son habituales en las fichas de los investigadores o curiosamente en la época de notas de clase también son habituales que las desapariciones aumenten.
Ahora bien, hay otros casos que no son tan sencillos y para los que tanto Policía Nacional como Guardia Civil trabajan bajo protocolos concretos en determinadas situaciones. Las instrucciones número 14/2014 o la 1/2009 de la Secretaría de Estado de Seguridad, por las que se regulan los procedimientos de las actuaciones y pasos a seguir en el caso de menores de alto riesgo o personas mayores (con problemas médicos o mentales). Sus especiales características hacen que los dispositivos de búsqueda sean inmediatos y de un calado importante para llegar al máximo de sitios y de fuentes en el menor tiempo posible. «Cuando tenemos casos de personas mayores con problemas de alzheimer, por ejemplo, sabemos que el tiempo siempre corre en contra y que las 72 horas ya son una línea más que peligrosa si no se ha encontrado a la persona», explican desde la Guardia Civil. Los casos de las desapariciones menores son muy parecidos en cuanto a procedimiento. Sin embargo, en este tipo de casos, hay que tener contempladas todas las posibilidades y contemplar que la persona que se haya ido, no quiera volver.
Hace unas semanas saltó a la luz pública el caso de Carlos Sánchez Ortiz de Salazar, un joven médico español que tras 17 años perdido fue localizado en un bosque de Scarlino, una pequeña localidad de la Toscana italiana donde vivía como ermitaño. El joven médico desapareció en 1998 de su domicilio de Cazalla de la Sierra y nunca más se supo nada hasta que una pareja de buscadores de setas lo encontraron en el monte. Su intención de seguir viviendo aislado y sin contacto con nadie parece que se mantiene porque el hombre ha vuelto a desaparecer.
Casos como el de Carlos también son habituales. Las fuentes consultadas explican que hay personas que, directamente, quieren cambiar su vida, romper con todo y se marchan prácticamente sin dejar huella. Algo cada vez más difícil porque «todo el mundo deja rastro». «Hay mucha gente a la que hemos encontrado y han sido ellos los que nos han comunicado que no quieren volver o que prefieren mantener su vida al margen y hay que respetarlo», apuntan desde la Guardia Civil. En cualquier caso e, independientemente, de las decisiones de cada uno hay una parte de ellos que son los que sufren las consecuencias de su decisión (sobre todo, si nunca son contactados) y no son otros que los familiares. La asociación SOS Desaparecidos sabe de eso ya que lleva trabajando con ellos desde hace 8 años. Uno de sus coordinadores, Francisco Jiménez, explica que este tipo de situaciones deja a las familias «paralizadas» a la espera de tener noticias.
«Es muy complicado avanzar cuando no sabes nada de un ser querido y cuando parece que se pierde la pista de manera definitiva». Por eso, desde la asociación se pide un esfuerzo común de todas las fuerzas del estado para salvar algunas de las lagunas importantes que tienen a la hora de buscar a personas. «Una base de datos común entre policía y guardia civil, con informaciones completas y cruzadas que tenga a todos los cuerpos al tanto en cada momento es una de nuestras mayores reivindicaciones», explica Jiménez. Desde la asociación se están encargando de elaborar una propia y en un solo año ya tienen registrados 1.080 casos. «Sabemos que es importante y que nuestra labor da sus frutos, como ha sido el caso de la última localización en Italia». De manera solidaria y altruista han conseguido crear una red de colaboración con más de una decena de países que tienen asociaciones similares y con los trabajan codo con codo. Cuentan con 25.000 cibervoluntarios que ayudan a difundir por todos los rincones los casos que se denuncian y que también se pueden encontrar en su página web www.sosdesaparecidos.es, entre los que se encuentran 38 andaluces, 5 granadinos, Valentín García, Jesús Francisco Caballero, María Teresa, Manuel Sánchez y Braulio Ortiz, que aún no han vuelto a casa.
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