La 'selectividad' de la Guardia Civil

Los exámenes, vigilados por una treintena de agentes de la Comandancia de Granada, se iniciaron con una hora de retraso debido a una incidencia horaria en la sede de Canarias -aquello de la hora menos-. La demora generó quizá más tensión en los aspirantes, lo cuales tuvieron que madrugar de lo lindo para estar a tiempo en el Campus de Cartuja. Las quejas por este problema se dejaron oír. Este año la Guardia Civil ha decidido ampliar el número de sedes. Hasta el año pasado, en Andalucía, esta primera fase se desarrollaba siempre en Baeza, donde se localiza la academia de guardias y suboficiales. De nueve sedes, en 2015 se ha pasado a 21. En Andalucía se ha repartido entre la propia Baeza, Sevilla, Málaga y Granada. La granadina era la quinta de España con más inscritos. Madrid, con 4.734 se llevaba la palma. Le seguían Sevilla (2.078), Cádiz (1.965) y Baeza (1.992). Estas cifras desvelan que la comunidad autónoma andaluz, con casi un 25% de aspirantes, sigue siendo el territorio que más nutre a la Guardia Civil.

Una plaza y 40 demandantes

Con solo 820 plazas ofertadas, el ratio de postulantes fue de una plaza por cada 39 demandantes, entre los cuales había distintos niveles de formación: doctorados (25), máster (722), licenciados (3.028) y diplomados (2011). El grueso lo conforman jóvenes con preparación en formación profesional u otros estudios. Álvaro Rodríguez, natural de Granada y de 26 años de edad, era uno de los aspirantes con licenciatura universitaria, la de Derecho, que ayer se examinó para intentar pasar la primera criba de 2.000 personas que acudirán a la academia de Baeza al examen de pruebas físicas. «Es la segunda vez que me presento. Lo mío es por vocación. Siempre me ha gustado la Guardia Civil. Este año lo he visto menos complicado que el del año pasado», explicó a IDEAL este aspirante.

No opinaba igual Francisco Torres, de 27 años y llegado desde su Almuñécar natal. En el descanso de quince minutos del que gozaron tras el primer bloque de preguntas -el retraso en el comienzo redujo en quince minutos la pausa-, este sexitano, que aspira por tercera vez a alcanzar la segunda fase, vio «bastante más complicadas que el año pasado» algunas de las preguntas. Al margen, por el retraso, observó también «más desorganización» en el desarrollo del examen de ingreso que en las ocasiones anteriores en las que acudió a Baeza. Francisco espera tener más suerte esta vez y ver cumplido su sueño de ingresar en la academia. «Siempre me ha llamado la atención la Guardia Civil, y después de unos años trabajando con mis padres para ayudar en casa, decidí que había llegado el momento de presentarme», detallaba el aspirante sexitano.

Más cerca de la capital vive Virginia Barroso, una de las féminas que ha decidido intentarlo. Las mujeres siguen siendo minoría en el cuerpo y lo seguirán siendo puesto que de los 32.000 postulantes, solo el 18% son mujeres. Es decir, uno de cada cinco inscritos pertenece al sexo femenino. Virginia es hija de guardia civil y su profesión actual es peluquera y esteticista. A sus 26 años ha decidido tratar de seguir los pasos de su progenitor. «Había muchas preguntas de Derecho Penal. Lo cierto es que hay que estudiar bastante para presentarse. Cada año lo ponen más complicado», detallaba. Si aprueba le aguardan las pruebas físicas. Es la 'selectividad' de la Guardia Civil, un cuerpo de seguridad del Estado que ha evolucionado como ninguno en los últimos treinta años y que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.