Una nueva aventura en la élite

Esta campaña nace el Granada Integra sostenido por la asociación que lleva el mismo nombre y que está especializada en el deporte adaptado. Entre otras actividades, esta iniciativa de ámbito provincial se encarga de la organización de la carrera inclusiva de Churriana, de impartir las clases a los niños y niñas de la escuela deportiva de Fegradi o de la dotación de un banco de préstamo de material deportivo.

Para situarnos en contexto, cabe apuntar que España es una de las potencias mundiales del baloncesto en silla de ruedas (BSR). Sin ir más lejos, la Selección disputó la final de los Juegos Paralímpicos de Río '16 ante la intratable Estados Unidos, colgándose una plata acreditativa de la enorme generación de jugadores que atesora.

Las reglas son prácticamente idénticas a la del baloncesto en modalidad de a pie. Se juega en una pista con las mismas medidas, los aros están a la misma altura del suelo y las líneas pintadas a la misma distancia. Sin embargo hay que tener en cuenta una diferencia significativa. El jugador debe botar el balón o pasarlo una vez que haya impulsado su silla dos veces.

También hay que fijarse en la disposición sobre la cancha. El BSR se bosqueja a vista de pájaro como un deporte físico y táctico al cincuenta por ciento. La colocación debajo del aro para recoger un rebote es fundamental tanto en el ataque o en la defensa, también en el exterior de la pintura ya que podemos bloquear la salida rápida del jugador que lleva la pelota.

Existe del mismo modo otra vicisitud a tener muy en cuenta por los técnicos. Cada jugador tiene asignada una puntuación otorgada según su habilidad funcional. Esta varía en un rango de 1 punto a 4,5 en función de si se trata de una lesión medular, espina bífida o una parálisis, por ejemplo. Los cinco jugadores que hay en pista no pueden sumar en ningún momento más de 14 puntos, lo que equilibra la contienda y además da más de un quebradero de cabeza al entrenador. Granada Integra comenzará su aventura en la Segunda división, que es la categoría de bronce nacional. El sábado, a las cuatro de la tarde, lo espera el CDM Elche en el Polideportivo El Toscar para el debut. El estreno en casa será el próximo 5 de noviembre, en Armilla ante el Bahía de Cádiz. En el calendario Puerto Llano de Ciudad Real y el Cludemi almeriense también en noviembre y el Legabasket el primer fin de semana de diciembre para completar la primera vuelta.

El objetivo es sin duda la adquisición de experiencia. El ascenso es un anhelo con piel de quimera que conlleva riesgos presupuestarios para el primer año de vida. La Junta Directiva presidida por Lourdes Madrona tiene los pies en el suelo y la plantilla, que alberga jugadores de veteranía contrastada e ilusión incipiente, tendrá que madurar con el paso de las jornadas.

La batuta del equipo la lleva el entrenador Gerardo Rejón, quien comanda un vestuario en el que destacan los ex jugadores de Arrayán Mario Torres, Vicente Giménez, Sergio Beiro, Francisco Ramírez y Javier Molina. También Christian Alonso, quien la pasada campaña militó en el BSR Murcia junto a Ramírez. Los noveles son Encarni Betanzos, Eva Isidoro, David García, Manuel Salcedo, Ángel López, Francisco Pertíñez y Pepe Rodríguez, el benjamín del grupo con 18 años, un jugador que ha madurado en las escuelas inclusivas de Fegradi y cuyo talento se espera eclosione en el proyecto de la Segunda división.