La lucha continúa
Las Lions, el único equipo femenino oficial de fútbol americano en Andalucía, entrena en Maracena y encabezala pelea en la ciudad por la igualdad en este deporte
Carolina Palma
GRANADA
Jueves, 7 de marzo 2019
La lucha de las mujeres por ganar el lugar que merecen independientemente de su sexo ha sido un constante desde hace siglos y el deporte ... no es ajeno a esa batalla. Esta lucha, que a veces aparenta ser eterna, nunca dejará de ser peleada con menor fuerza hasta que poco a poco se vea completamente acabada. Un ejemplo de esa batalla puede verse reflejada en la historia de las Lions, el único equipo femenino de fútbol americano oficialmente reconocido en Andalucía, y que actualmente entrena en la ciudad deportiva de Maracena. IDEAL ha hablado con dos de sus jugadoras estrella, Tania Morillas y Laura Martínez, ambas internacionales desde el 2015.
Desde el primer día les dijeron que si querían un equipo femenino de fútbol americano, deberían buscarlo ellas mismas y decidieron que, si no les daban los medios, los encontrarían por su cuenta. Desde entonces han luchado sin parar. «Al principio éramos tres, y pasamos muchos meses entrenando solo nosotras», recuerda Tania, que conoció y se aficionó por el fútbol americano en 2013, durante una exhibición que el equipo masculino senior realizaba en el parque Periodista Tico Medina. Tania se encontraba estudiando INEF y hacía ya mucho que había decidido dedicar su vida al deporte, sin importar el estereotipo de género que este pudiera conllevar.
Comenzó en la halterofilia con 12 años, disciplina a la que dedicó los siguientes siete años de su vida y en la que se hizo con los títulos de campeona de Andalucía y España, habiendo sido incluso seleccionada para estudiar y prepararse en el CAR Blume de Madrid. Aún así, para la prensa y la mayoría de los aficionados a la disciplina, durante todos esos años la conocían solo como «la hermana de Isaac Morillas», a pesar de que pudiera llegar a superarle en número de títulos conseguidos. Con 19 años lo acabó dejando «por mucha presión» y porque le impedía dedicar tanto tiempo como deseaba a sus estudios.
Laura, por otro lado, había pasado toda su vida realizando diferentes tipos de deportes de contacto, pero no había conseguido verse reflejada en ninguno de ellos por ser «demasiado individualistas». Del fútbol americano le llamó el espíritu de equipo y «la actitud de familia» que destila.
Tras dos años de haber comenzado en el femenino, y mucho esfuerzo personal y económico, Laura y Tania decidieron presentarse a unas concentraciones que se realizaban en Murcia junto a algunas de sus compañeras, para probar cómo era aquello de participar en un partido con el campo repleto de jugadoras y conocer más gente aficionada por aquello que a ellas les apasionaba. ç
Una sorpresa
Allí, y sin ninguna esperanza de llegar más lejos, se encontraron con la sorpresa de haber sido seleccionadas para los 'try-out' del equipo nacional, acabando por superar cada una de las clasificaciones hasta formar parte del mismo. En 2015 jugaron su primer partido oficial de fútbol americano, que fue nada más y nada menos que en una competición europea, formando parte de la selección española.
Tania y Laura nunca habían tenido esa oportunidad antes porque en Granada no existía suficiente afición por este deporte como para realizar un partido oficial, cosa que siguen sufriendo hasta el día de hoy. «Todas nosotras jugamos el doble en los partidos», porque no llegan al número necesario de participantes como para formar los dos equipos –ataque y defensa– reglamentarios.
Aún así, la falta de apoyo y contrariedades nunca hicieron más que unir y fortalecer a las Lions a las que, desde el primer momento, las dificultades a las que se enfrentaban las convirtieron en una verdadera familia. «Somos muy diferentes, pero si a alguna le falta algo, ahí estamos todas. Si alguna está un poco decaída, hacemos lo que sea para subirle el ánimo. Dentro del campo, todas somos un verdadero equipo», afirma Laura.
Durante cada partido y entrenamiento, luchan en contra de la supuesta debilidad física asociada al género femenino, y en su vida particular, en contra de los estereotipos unidos a su deporte. «La Lingerie Bowl nos ha hecho mucho daño porque, cuando te encuentras con alguien que sabe algo de fútbol americano, lo primero que te preguntan es si tú también juegas en ropa interior», manifiesta Tania en torno a la liga estadounidense femenina que, para Laura, «no es un deporte, sino un espectáculo».
Si consiguen entrenar con equipos masculinos, «nos dicen que un chico no va a ir a su 100% si te tiene en frente, y si tú sí vas a tu 100%, él se puede lesionar», y muchos de los entrenadores que han rechazado prepararlas lo han hecho tras la excusa de que «les da miedo presionarnos demasiado por si nos hacemos daño». Hoy por hoy, ni siquiera cuentan con un entrenador oficial de fútbol americano, y se preparan entre ellas y con la ayuda de César Martins, el único técnico que las forma en la actualidad, su preparador de fútbol-flag. Además, algunos de los patrocinadores con los que esperaban contar, rechazaron desde el primer momento apoyarlas a ellas por miedo a que, al ser un equipo femenino, no tuvieran la misma visibilidad que el masculino.
Luchan muchas veces solas, pero no dejarán de hacerlo, porque la pelea por la igualdad, tanto dentro como fuera del campo, vale la pena y lo saben. «Peleamos y valoramos todo lo que tenemos porque sabemos que, si no, el fútbol americano femenino podría acabar por desaparecer en Granada», declara Laura, que aspira algún día a continuar con las Lions como entrenadora, y espera verlo convertido «en un equipo de verdad». Tania se une a su compañera en este sueño, y añade que «si no luchas siendo mujer aquí, no llegas a ningún sitio, porque nadie te va a regalar nada».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión