Covirán Granada
Rebelión rojinegra ante su destino con una victoria para lamerse las heridasEl Covirán vuelve a ganar casi tres meses más tarde y se lleva una necesaria alegría para afrontar la recta final del curso
Diez partidos y casi tres meses más tarde, el Covirán Granada se pegó el gustazo de volver a ganar un partido en una Liga Endesa ... de la que, salvo milagro de enormes dimensiones, encara ya la recta de salida por el momento. El equipo de Pablo Pin sumó el sábado ante el Baxi Manresa su séptima victoria del curso, con mucho mérito al hacerlo ante el sexto clasificado de la competición, que llegaba al Palacio de los Deportes con la necesidad de afianzar tan elitista situación. Y mucho más por hacerlo remontando tras treinta minutos de dominio catalán después de los que pocos habrían sido capaces de predecir que el triunfo acabaría cayendo del lado rojinegro.
Y es que el Covirán mostró rebeldía ante el destino para el que parece marcado desde hace semanas. El descenso es un hecho muy difícil de evitar ya, dada la premura de fechas, los rivales que se le avecinan al equipo granadino y, no hay que negarlo, el nivel del propio plantel. Pero hay formas y formas de aceptar la realidad, por dolorosa que esta sea, y buena parte del vestuario granadino ha decidido pelear hasta el final. Tan loable entrega difícilmente permitirá salvar la plaza en la Liga Endesa, pero no resulta baladí conseguir que la recta final del curso no sea un auténtico viacrucis, y que la afición rojinegra vea a su equipo entregarse en cada partido y, de paso, llevarse alguna que otra alegría, hecho que no está de más tras tan compleja campaña.
Fueron Agustín Ubal y Sergi García los que tocaron a rebato en el Zaidín en el último cuarto, para levantar el 60-68 con el que los visitantes afrontaron el último periodo. El uruguayo tiró de unos arrestos que ya conoce la afición rojinegra y el balear resultó un factor importante en defensa, en un meritorio esfuerzo tras varios partidos de baja que, no en vano, le llevó a terminar el partido acalambrado.
Junto a ellos, la sorpresa la puso Riccardo Visconti, errático en su mejor faceta (1 de 7 en triples) pero agresivo hasta el aro del mismo modo que Ubal, con penetraciones que siguieron aumentando los decibelios en un Palacio consciente de estar presenciando muy probablemente uno de sus últimos encuentros por el momento en la máxima categoría del baloncesto nacional, pero que supo valorar que las huestes de Pablo Pin no se rindieran y aprovecharan la cierta displicencia con la que el Baxi Manresa afrontó el epílogo de un duelo que parecía tener más o menos bajo control y que se la acabó escapando por la gatera por el buen hacer local.
La hambruna de victorias con la que los rojinegros, heridos en su orgullo y colistas tras su pobre prestación previa en la cancha del Leyma Coruña, afrontaron el duelo, queda reflejada sobre todo en el aspecto reboteador: 43 locales por apenas 26 visitantes. El entrenador del Baxi, Diego Ocampo, no dudó en poner el foco en dicho aspecto como la clave de un partido en el que no ocultó tener la sensación de que su equipo faltó al respeto al Covirán, por esa impresión de que acabaría cayendo de maduro. Los catalanes permitieron al bando local meterse en el partido en la recta final y, cuando los de Pin olieron la sangre, el Baxi no supo salir del entuerto.
Señalados
Fue, sin duda, una victoria de mérito, labrada por buena parte del núcleo duro del vestuario granadino, con Elias Valtonen cuajando su mejor partido en semanas (17 puntos y 6 rebotes) y Amine Noua yendo muy de menos a más para acabar con 16 tantos y 9 capturas.
Eso sí, también hubo algún damnificado de la misma: Sam Griffin se quedó fuera de la convocatoria tras su mal partido en Coruña y Pin no quiso dar ninguna explicación al respecto en la rueda de prensa. Tampoco saltó a la cancha Ousmane Ndiaye, aunque sí fuera convocado. Y Omar Silverio se llevó un 'banquillazo' en la segunda parte, con apenas cuatro minutos, tras no convencer su rendimiento. Si todos ellos quieren volver a recuperar peso en la rotación, parece que deberán seguir el camino que les muestra el resto del vestuario.
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