Empate agridulce del Inagroup El Ejido

El choque, tal y como afirmó José Escrich en la rueda de prensa previa, era crucial «para mantenerse luchando hasta el final y no descolgarte». Y así lo demostraron ambos equipos desde el primer segundo de encuentro. La intensidad brillaba en un arranque con pocas ocasiones, en el que los gallegos no conseguían meter mano a una muy bien plantada defensa ejidense.

Con una imperiosa igualdad en la que ambos equipos se mostraron un enorme respeto desde el planteamiento, empezaron a llegar las mejores oportunidades del primer tiempo. En una de ellas, pasado el cuarto de hora de partido, se adelantaron los de casa gracias a un gran servicio de David Pazos. El ala de Ames puso por delante al Burela con un gran disparo al borde del descanso, lo que suponía un tanto muy psicológico para el devenir del choque.

En la recta final de la primera parte quedó claro que el primero de los dos asaltos era para los de casa, que también dieron una mayor sensación de peligro durante el transcurso del partido. Todo lo contrario que el Inagroup El Ejido, al que le estaba costando mucho llegar con claridad a la meta rival. Faltos de atrevimiento durante los primeros 18 minutos, José Escrich cambió la dinámica tras su tiempo muerto.

Los jugadores del equipo ejidense empezaron la segunda parte con grandes combinaciones, sin nada que perder y con mucha más intención que en el primer tiempo. Es más, no solo subieron el listón en la parcela ofensiva, sino que también mejoraron la línea de presión, dificultando el juego desde atrás del Pescados Rubén Burela.

La conservadora defensa de los gallegos permitía muchos espacios a Manolo García, que con el juego de cinco se sentía como gran protagonista de la ofensiva visitante. Tal fue así que en el minuto 24 nadie frenó al arquero, que fue con todo a la zona de ataque y soltó un fuerte latigazo desde la frontal para igualar la contienda. Sorpresa total en las filas ejidenses, que celebraban por primera vez en la temporada un gol de su portero suplente.

Una vez perdida su ventaja, el Burela volvía a intentar dominar con balón, pero constantemente se topaba con un equipo muy pulcro atrás, que no concedía espacios y que ya no tenía la necesidad de arriesgar. Apenas se recuerdan dos intervenciones de Manolo de gran enjundia pese al asedio, gracias al papel de jugadores como Pipi y Chus, en defensa. Mientras tanto, los de José Escrich esperaban su oportunidad al contraataque o en acciones a balón parado. Y fue precisamente así como llegó la sorpresa a Vista Alegre. Una jugada de pizarra en una falta lateral cogió desprevenida a la zaga local, lo que aprovechó Juan Emilio para adelantar al Club Deportivo El Ejido en el minuto 32.

Tras el jarro de agua fría, los de David Rial salieron con el juego de cinco, lo que empezó a generar grandes ventajas y desajustes. Además, el Inagroup no conseguía castigar semejante riesgo y el equipo de Lugo, empujado por su afición, ganaba en confianza. Finalmente, en el último minuto de partido y tras un desafortunado despeje de Pipi, Pitero mandó un misil a la escuadra, inalcanzable para Manolo.

El conjunto de José Escrich no se pudo hacer con el premio gordo y terminó empatando el Pabellón Municipal de Vista Alegre, un campo en el que tan solo ha ganado Sala 5 Martorell. Con el 2-2 como resultado final, el Burela pierde la segunda posición a consecuencia de los triunfos de O Parrulo Ferrol y Alzira. Los ejidenses también se alejan de los playoffs, ya que la Unión África Ceutí venció y saca ya tres puntos a un Inagroup que recibirá al Barça Atlètic antes del parón.