Estos son los libros recomendados esta semana por los críticos de IDEAL
Remedios Sánchez y Francisco Morales Lomas
Sábado, 23 de diciembre 2023, 00:02
La isla misteriosa
Por José Abad
Se cuenta que, siendo niño, Jules Verne se enroló como grumete en una fragata a punto de zarpar para las Indias. Descubierto ... por sus padres, fue devuelto a casa. Su gusto por la aventura, añadido a su inquietud por la ciencia y la geografía, fueron los ingredientes imprescindibles con que preparó su personalísima fórmula dentro de la literatura de género. Mientras se ganaba la vida malamente como agente bursátil, escribió un ensayo sobre navegación aerostática, entonces de plena actualidad. Inspirado por el comentario de un editor, le vino esa iluminación que habría de cambiar su existencia: Verne transformó aquel ensayo en novela, dejando la documentación como humus enriquecedor. El resultado fue 'Cinco semanas en globo' (1863), su primer éxito de ventas. Sus inquietudes literarias quizás no estuvieran a la altura de su curiosidad en otros campos; esto no le impidió crear algunos sugerentes tipos humanos como el exquisito Capitán Nemo, protagonista de '20.000 leguas de viaje submarino' y 'La isla misteriosa' (1874), hoy felizmente reeditadas en la colección 'Letras Populares', de Cátedra.
Los días azules
Por Gerardo Rodríguez Salas
Tras su poemario 'El principio del caos' (Valparaíso, 2020), en este libro de frescas, cortas y exquisitas viñetas cotidianas, José Miguel García recopila luminosas reflexiones de prosa poética machadiana fuertemente arraigadas en una genealogía de los afectos para combatir este vertiginoso tiempo sin memoria en el que vivimos. Estas meditaciones, en su mayoría profundas y melancólicas, también se tintan de humor e ironía. Hay que destacar la deliciosa y cuidada edición, con ilustraciones en relieve y un hipnótico lapislázuli, que convierte este libro en una joya, una lucecita que permanecerá encendida al apagar la lamparita de la mesita de noche.
Lo nuestro
Por Fernando Barea
Aprender historia en las novelas se ha convertido en una actividad muy apreciada por quienes huyen de hacerlo en los muchos y muy buenos ensayos que se escriben en nuestro país. Enrique Llamas presenta en 'Lo nuestro' un interesante fresco del momento en que España pareció ser una potencia internacional, con una imagen de eficiencia desmontada a las primeras de cambio por una crisis económica derivada de gastar lo que teníamos. La 'macroeconomía' de los hechos que coparon las portadas de los periódicos se refleja en la 'microeconomía' de esta novela, cuyo autor narra una historia de ilusiones, a veces cumplidas, a veces masacradas por la dura realidad.
El existencialismo físico de Jon Fosse
Por Mauricio Gil Cano
La lectura de Jon Fosse (Haugesund, Noruega, 1959), flamante Premio Nobel de Literatura 2023, ha sido calificada de hipnótica. Ciertamente, las páginas de su obra 'Septología', dispuesta en siete apartados, se beben sin solución de continuidad. El volumen reúne los tres títulos que la integran: 'El otro nombre, I-II', 'Yo es otro, III-V' y 'Un nuevo nombre, VI-VII'. Narra la historia del pintor Asle, a través de un casi constante monólogo durante varios días previos a la Navidad y que conduce al lector por los hitos de la vida del protagonista. Esta perspectiva interior no se abandona ni cuando los personajes y hechos del presente interpelan al narrador o irrumpen en su evocación del pasado.
Se trata de una novela de marcado carácter existencial que remite a autores como Henrik Ibsen o Samuel Beckett, pero también filósofo Friedrich Nietzsche y, muy especialmente, al místico medieval Maestro Eckart. Asle es un sexagenario viudo, convertido al catolicismo por su mujer Ales, a la que quiere guardar fidelidad aun después de su muerte. Tuvo problemas con el alcohol, pero el amor y la fe le hicieron salir del alcoholismo. Asle tiene además un amigo que se llama igual que él, se le parece y también es pintor y alcohólico, aunque sin fe ni amor que le ayuden a vencer su adicción. Una especie de alter ego. Esta duplicación homónima y de parecido físico se da también con Guro, nombre de una mujer que reside en la ciudad de Bjørgvin –adonde se desplaza el artista, desde el fiordo donde vive, para realizar sus exposiciones– y, a su vez, de la hermana del vecino que le invita todos los años –aunque Asle siempre rehúsa, salvo en la última ocasión– a pasar con ellos la Navidad. No es casual que la trama transcurra en adviento, tiempo litúrgico de preparación espiritual para la venida de Dios.
La narrativa de 'Septología' es absolutamente envolvente, atrapa al lector, introduciéndolo en un mundo íntimo y personal, de personajes verosímiles y acontecimientos en los que se identifica el drama de la existencia, que se diría expresada desde la conciencia del protagonista. La prosa rítmica que constatamos supone un esmerado trabajo de traducción por parte de sus reconocidas traductoras, Cristina Gómez Baggethum y Kirsti Baggetum. Todo hace que la novela pueda leerse como un largo poema. Su discurso profundo, de latente humanidad, reflexiona sobre el arte, la religión, la gracia, el amor, la soledad, la incomunicación, la amistad, las adicciones, la muerte, la nada…, para proyectar el concepto que Asle –Fosse– tiene de la divinidad y su relación con esta, «porque Dios llega a ser en el alma y el alma llega a ser en Dios».
Contar el yo
Por José María García Linares
Testimoniar es fijar una experiencia, salvarla del devenir constante de la vida. Es hacer de la memoria una tabla de salvación, y eso es precisamente lo que significa la trayectoria literaria de Angelina Gatell y la aparición de Sobre mis propios pasos, primer volumen de su poesía completa: ofrecer el testimonio de una vida y de una época, de un quehacer constante contra la amenaza del tiempo y de sus olvidos. En ese afán, la editorial Bartleby reúne y rescata por primera vez todos los libros publicados entre 1955 y 2017 de una de las voces más significativas de la generación de los 50.
La identidad humana está hecha de la sustancia del tiempo, dijo Luckmann. Somos un relato que nos contamos a nosotros mismos hecho de retazos de lo que hemos vivido, de lo que otros han dicho o de lo que hemos leído, de alegrías y penas, deseos y temores. Y cuando nos contamos, relatamos también la memoria de los otros.
La conexión entre temporalidad y narratividad la argumentó Paul Ricoeur: si la historia, la ficción o el testimonio recurren a la narración para dar cuenta del pasado, se debe a que el ser humano organiza su experiencia de tiempo según una estructura narrativa. Nuestra memoria es, por tanto, narrativa, y qué es la poesía sino la narración de la búsqueda de un yo.
Frente a la dictadura actual de lo científicamente demostrable, la experiencia remite en todo momento al término orteguiano de vivencia, que tiene que ver con el universo afectivo y sensitivo de un modo sustancial, pero sin prescindir del elemento intelectual: nos enfrentamos a las diferentes facetas y matices de lo real cognoscitiva y afectivamente. «Años 40. No hubo / ninguna luz entre la pétrea niebla / tan sólo la esperanza / de que el amor vendría a protegerme / igual que las lentejas». Aprendemos a vivir como seres humanos porque somos capaces de vivir la experiencia del conjunto de la realidad en y desde nuestra esencial finitud, en y desde los ecos de nuestras numerosas intertextualidades, experiencia que conlleva la ineludible activación de nuestra inherente capacidad simbólica.
Posiblemente no somos más que una forma particular de contarnos lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Y para ello recurrimos a la literatura porque es ella la que alberga las palabras capaces de decirnos, de nombrarnos, como recuerda Marta López Vilar en el estudio preliminar de este volumen. Escribe Gatell en el último poema recogido: «Un espacio de encuentro, de deseo / de decir en voz alta / tiempos, memoria de las cosas / que hieren todavía. // Un espacio también para decirnos».
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