'Aprieto' cosecha un éxito extraordinario en el arranque del 'Cazorla Flamenca'
El espacio escénico de las Ruinas de Santa María registró un lleno con las 500 personas que allí se dieron cita
José Luis González
Cazorla
Viernes, 25 de agosto 2023, 21:12
Una de las certezas que se pueden entresacar de la apertura del IX Festival 'Cazorla Flamenca' es que, desde el corazón de Jaén, se pueden ... elaborar producciones culturales de la mejor calidad. Es ahora más que nunca necesario reconocer esta evidencia para que el público y la organización de eventos en nuestra tierra no se dejen siempre deslumbrar por el brillo de las estrellas, con productos excesivamente livianos y de muy discutible calidad, y bajen la mirada a lo que aquí se mueve con fuerza incontenible.
La que tuvo ocasión de demostrar la compañía cazorleña Arte Ácrata con su espectáculo 'Aprieto', que concitó una, a la postre, merecidísima expectación concretada en un sensacional lleno del espacio escénico de las Ruinas de Santa María. Más de 500 personas congregadas para disfrutar de esta creación flamenca con alma también teatral de Elisa Musán, con la dirección escénica de Diego Jimeno, autor también de las letras a las que dio voz la cantaora Alba Martos; que compartió escenario con las dos bailarinas —así quieren ellas que se las defina—, la propia Elisa Musán y Andrea Heredia, y el joven guitarrista Eduardo Mendoza.
Largo aplauso
El larguísimo aplauso final fue la prueba del agradecimiento mostrado por el público por la amalgama de sensaciones que se le transmitieron desde el escenario. Sentimiento en estado puro por el baile de raza y preñado de matices de Musán y Heredia, por la claridad y calidad de la voz de Martos, y por las manos incansables y la indudable clase emanada de esta joven realidad que es ya la guitarra de Mendoza. Además, con la sensación de haber gozado del encuentro entre dos bailarinas muy distintas, pero cuya conexión no puede haber sido más afortunada.
El concepto y la inspiración de la obra, que pudo ser entendido desde el principio por el público —algo que no siempre sucede—, gira alrededor de la vida de una mujer muy querida por Elisa Musán, pero que podría extrapolarse a multitud de mujeres de nuestro pasado y no pocas de nuestro presente. Con una de duración, está dividida en cuadros, cada uno de ellos desarrollado a través de un color y un palo flamenco distinto que representan sentimientos y momentos diversos de la vida de esta mujer. El vestuario de las bailarinas va mutando en función de dichas premisas de un modo suave, casi imperceptible en ocasiones, como si se fueran desprendiendo de capas una tras otra mostrando las distintas vidas que se pueden suceder en la vida de una mujer.
Palos y colores
Todo comienza al son de unas verdiales y el color de la tierra, que se corresponden con el joven casamiento y la dureza del trabajo en el campo alternado con las labores del hogar. A continuación, llegan las soleas vestidas del gris de la tristeza y la primera pérdida.
Después, es el turno de las alegrías del nuevo amor, representadas por el rojo y los lunares que rápidamente se transforman en el color de la primera bofetada, del maltrato. Las peteneras llegan ataviadas de negro, por el duelo y la incontenible alegría que, en realidad, este viene representar seguido de los tangos, de color amarillo. Finalizando con seguidillas y el blanco nuclear del desprendimiento de todas las ataduras, de la libertad.
Toda una exhibición de creatividad y calidad en la ejecución que no puede representar un mejor comienzo de este 'Cazorla Flamenca', y que pone un listón muy alto a las figuras contrastadas del flamenco que pasará por este escenario durante el fin de semana.
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