El aguilando sale a la calle para anunciar la Navidad en Vilches
El coro Campanilleros recorre desde hace varios días las calles del pueblo para cortar con su música el frío, la niebla y la lluvia de las noches
José Antonio García-Márquez
Domingo, 7 de diciembre 2025, 23:07
Desde que alumbró diciembre el coro de Campanilleros de Vilches viene recorriendo una a una las calles del pueblo para cortar con su música el ... frío, la niebla y la lluvia de la noche y anunciar la inminencia de la Navidad. Una veintena de personas que lo integran, jóvenes en su mayor parte, interpretan el aguilando, autóctono cante navideño sobre el que no existe historia exacta acerca de su origen, que a lo largo de los siglos se han ido transmitiendo por vía oral de generación en generación.
Si en Málaga, Vigo, Madrid, Barcelona o Sevilla los grandes arcos luminosos de sus vías principales ofician de bosques navideños con espectáculos diarios de luz y sonido y en todas las ciudades los escaparates de sus grandes establecimientos se encargan de anunciar la Navidad, en esa mezcla llamativa de luz y consumo, en Vilches, el pequeño municipio del Condado, esta labor le toca al aguilando, cante inédito y original con claras raíces evocadoras de una música arábigo andaluza.
Los campanilleros transitan por las calles entonando esas estrofas desgarradoras y dulces, que sobrecogen y emocionan incluso al que las escucha por primera vez. Lo hacen con instrumentos peculiares como el cántaro, collar de campanillas, triángulo, alpargata esparteña, reja de arado, platillos, guitarra, bandurria, laúdes y almireces.
Los vecinos corresponden abriendo sus balcones y ofreciendo mantecados, polvorones, anís y coñac. Todo vale para aliviar el frío. Se bebe, se charla, se ríe algún chiste, se toca un segundo aguilando y el grupo se marcha hasta otra calle. Incluso la colonia de marroquíes que vive en el pueblo sale a escucharlos y no esconden su alegría ante la evocación de su tierra.
Dos momentos claves
En esta edición el aguilando tendrá dos momentos esenciales. El primero llegará cuando el grupo de 28 músicos (el alcalde Adrián Sánchez incluido porque es un músico más del grupo) se desplace a Guarromán, Baeza, Linares y Jaén para tocar en estas cuatro localidades que profesan devoción por el cante vilcheño. Los intérpretes del aguilando estarán respaldados por la compañía de los vecinos condatenses que les acompañarán en el viaje.
El segundo tendrá lugar en la misa de Nochebuena que se celebrará en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Los campanilleros quebrarán el silencio con sus voces e interpretaran tres cantes en otros tantos momentos de la misa. Justo a las doce de la noche, durante el ofertorio, sonará el acorde de un laúd, entrarán los músicos y una voz potente entonará: «Bien pudo el Niño nacer / en un canasto de flores / y ha nacido en un pesebre / lleno de paja y granzones». Contestará el coro y llegará el silencio, tránsito obligado a la ceremonia clásica. Con escasa tregua, en la Adoración, atacará el cantaor: «Una estrella los guio / tres reyes buscan a un rey / y una estrella los guio / a la puerta de la choza / donde la Virgen parió». Un tercer y último aguilando se acunará en la fase final de la misa: «Que el Niño quería mamar / cuando los pastores vieron / que el Niño quería mamar, / hasta la burra del hato / la querían ordeñar».
El epílogo vendrá a la salida del templo, porque las personas, concentradas en la Plaza Mayor, seguirán disfrutando de su aguilando ya que el ancestral cante se prolongará en un una noche abierta, ese día bajo la luna creciente.
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