La biblioteca de la UAL, en constante evolución tanto en instalaciones como en servicios
Se encuentra inmersa en un ambicioso plan de digitalización e innovación tecnológica con especial esfuerzo en la enseñanza virtual y el apoyo a la investigación
Juan Sánchez
Lunes, 30 de diciembre 2024, 13:35
Bajo el nombre de Nicolás Salmerón la biblioteca de la Universidad de Almería es una de las joyas del Campus desde que diera sus primeros ... pasos en 1972 con la constitución del Colegio Universitario de Almería. Desde ese momento y a día de hoy su evolución y cambio «ha sido enorme en todos los sentidos; tanto en sus instalaciones como en sus servicios».
Así lo asegura su director, Arsenio Gutiérrez, que precisa que es en el curso 1992-1993 cuando la biblioteca recopila y centraliza todos los fondos del Campus, y ya en 1993, con la creación de la UAL, se consolida el Servicio de Biblioteca, que en 1998 se traslada a un edificio propio, el actual, que duplica su superficie en una segunda fase de construcción que finaliza en 2003, para alcanzar unas dimensiones de más de 16.000 metros cuadrados que ofrecen una capacidad de más de 2.300 puestos de lectura.
«La biblioteca entra en el siglo XXI adoptando el modelo CRAI (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación), que era el paradigma de las bibliotecas en ese momento, siempre con una clara orientación al usuario y al trabajo en gestión de la calidad, área en la que la biblioteca fue pionera en la UAL. A partir de ahí, la biblioteca ha ido creciendo al mismo ritmo de la Universidad, afrontando los desafíos comunes a las bibliotecas universitarias en estos últimos años, y siempre cooperando con otras bibliotecas a través de REBIUN (Red de Bibliotecas Universitarias) y del CBUA (Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Andalucía)», señala Gutiérrez.
En la actualidad la biblioteca, alineada con los objetivos de la Universidad, sigue siendo proveedora de servicios en relación con el aprendizaje, la docencia y la investigación. Pero al igual que las demás bibliotecas universitarias, «afrontamos el reto de la digitalización y la innovación tecnológica, que nos conduce a adaptarnos a las cambiantes necesidades de los usuarios en el siglo XXI, para adecuar nuestros espacios y poder ofrecer mejores servicios. Es importante la integración en la enseñanza virtual, que tiene cada vez más peso en la formación universitaria, así como el desarrollo de servicios relacionados con el apoyo a la investigación, para responder a las funciones que el nuevo modelo de Ciencia Abierta conlleva».
En estos momentos, la biblioteca cuenta con un fondo en papel de más de 235.000 libros y 1.500 títulos de revistas científicas, mientras que los ejemplares en formato electrónico ya ascienden a más de 698.000, además de 35.000 títulos de publicaciones periódicas en formato digital. También, dispone de más de 100 bases de datos, igualmente en formato electrónico, multidisciplinares y especializadas.
Las nuevas tecnologías son un elemento clave en todas las bibliotecas. En el caso de la UAL la adquisición y el consumo de recursos digitales está creciendo a un ritmo acelerado; de hecho, «nuestra colección digital ya es muchísimo más extensa que la que tenemos en formato impreso; y aunque seguimos adquiriendo recursos en papel, la inversión en recursos en formato electrónico supone actualmente más del 94% de nuestro presupuesto», desvela el director.
En cuanto a los libros que más consumen los universitarios, Arsenio Gutiérrez indica que «son los que el profesorado recomienda en sus guías docentes como bibliografía para las asignaturas que están cursando». Sin embargo, «también hacen uso de la literatura para sus momentos de ocio; como ejemplo, en los últimos años ha tenido un gran éxito la instalación en el hall de la Biblioteca del 'rincón literario' en Navidad y también, de cara a las vacaciones de verano. En ese servicio ofrecemos obras muy actuales de ficción y de ensayo, y los datos obtenidos nos demuestran que es una iniciativa que está siendo muy utilizada por nuestros usuarios».
Las nuevas tecnologías permiten a los gestores de la biblioteca y a los usuarios tener información al instante sobre su estado. «Tenemos monitorizado el uso de algunas salas de la Biblioteca (no de todas) porque la adquisición de estos sistemas es costosa. Pero los datos de esas salas, que nos informan de la ocupación en tiempo real, nos demuestran que los usuarios hacen un uso intenso de nuestras instalaciones, lo cual resulta muy satisfactorio. Además, también obtenemos datos manualmente del uso de las salas que no están monitorizadas automáticamente, y la conclusión es la misma, a los usuarios les gusta venir a la Biblioteca, que no es sólo un lugar de estudio, sino que también se ha convertido en un espacio de encuentro y socialización en la Universidad de Almería», reconoce Gutiérrez. El director no duda a la hora de precisar que «lo que más valoran nuestros usuarios es la atención del personal de la biblioteca; también les gustan mucho nuestras instalaciones, y el préstamo de ordenadores portátiles».
En cuanto a los principales servicios que ofrece la biblioteca a la comunidad universitaria, además del horario especial de Navidad, «en primer lugar, podríamos destacar nuestro amplio horario de apertura, de lunes a viernes de 8.30 a 21.00 horas. ininterrumpidamente, que en época de exámenes se extiende también a los fines de semana, abriendo sábados y domingos en el mismo horario». Además, «la biblioteca también ofrece un servicio de formación a los usuarios (presencial y en línea) para el manejo eficiente de los recursos de información y también presta un servicio de información y referencia en dos niveles; en primer lugar, para informar a los usuarios sobre el uso de la biblioteca, la localización de obras en salas, el préstamo y otras cuestiones básicas, pero además, ofrece un servicio de atención especializada para ayudar a los alumnos a la hora de realizar su Trabajo Fin de Grado o Fin de Máster o su tesis doctoral y, también, para asesorar al personal docente e investigador en cuestiones relacionadas con propiedad intelectual, publicación científica, acreditación ante organismos oficiales, plagio, gestión de datos de investigación, etc.». El préstamo de libros es un activo importante, tanto en papel como en formato digital, y para esta actividad, además de los mostradores tradicionales, contamos con máquinas de autoservicio para los ejemplares impresos, y también disponemos de una plataforma para el préstamo de libros digitales», sentencia Arsenio Gutiérrez.
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