Más de 2.500 kilos de comida donados al Banco de Alimentos acaban en la basura
Sanidad Exterior deniega la entrada de dos toneladas de víveres cedidos por la plataforma instalada en el puerto al no cumplir con los requisitos sanitarios
Fran Gavilán
Sábado, 20 de febrero 2016, 01:03
Las buenas intenciones a veces no son suficiente. Esto es lo que seguramente pensarán los trabajadores de la plataforma de perforación petrolífera Scarabeo 3, que ... permanece en el puerto de la capital desde finales de diciembre. Dicha instalación, que partirá en unos días tras realizar labores de mantenimiento del gaseoducto entre Oran (Argelia) y Almería, se ha topado con leyes españolas ante su afán por ser solidarios con los almerienses.
Según ha podido saber este periódico, los trabajadores de la plataforma de perforación petrolífera, la mayoría italianos, quisieron donar los alimentos que les sobraban antes de abandonar Almería. Para ello, accedieron a Internet y buscaron el teléfono de contacto del Banco de Alimentos, cuya sede se encuentra en la localidad de Roquetas de Mar.
Así lo confirmó a este periódico el presidente de la oenegé, Juan Azorín, quien señaló que trabajadores de la gran instalación flotante se pusieron en contacto con el Banco de Alimentos con la intención de donar unos 2.500 kilos de alimentos que no iban a utilizar, ya que en unos días la plataforma, que tenía un plan de trabajo de unos tres meses, abandonará el Puerto de Almería.
«Me dijeron que no iban a utilizar todos esos alimentos y que su intención era donarlos para las personas más necesitadas», explicó ayer Juan Azorín. No obstante, su sorpresa llegó cuando se acercó en compañía de otros voluntarios al puerto capitalino a por los enseres donados. «Pensábamos que nos iba a dar los alimentos, pero al final nos comunicaron desde el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) que no podían pasar a territorio español y que iban a ser descargados como basura».
Férreos controles
La solidaridad de la plataforma Scarabeo 3, de bandera portuguesa y perteneciente a la empresa italiana Saipem, se topó directamente con las estrictas leyes de control sanitario y alimentario que aplica Sanidad Exterior, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en todas las fronteras españolas.
Según indicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, la comida donada por la plataforma no pudo ser entregada al Banco de Alimentos por tener una procedencia de un país que está fuera de la Unión Europea, así como por no contar con un certificado sanitario de su país de origen.
«Los alimentos que lleguen de un país tercero y sin un certificado oficial sanitario no pueden ser consumidos en nuestro país», alegaron desde Subdelegación. En esta ocasión, la intención es la que cuenta.
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