La trashumancia recorre la vereda con la mirada puesta en La Carolina y Vilches

Los futuros profesionales de la sanidad animal conocen así este tipo de sistema productivo, comprueban los beneficios medioambientales de la práctica y viven la dureza del camino expuestos a las inclemencias meteorológicas.

Estos ganaderos trashumantes, que partieron de la Sierra de Albarracín (Teruel) en busca de los prados andaluces de La Carolina y Vilches caminan ahora por la vereda de la Cañada Real Conquense en busca de un destino que tiene por meta las tierras de Jaén. Cuatro pastores, los hermanos Ismael y Vidal Martínez y sus primos los Arturo Soriano llegarán guiando a sus 3.000 ovejas después de vencer 500 kilómetros a pie. Si todo va bien los pastores y sus ovejas alcanzarán la dehesa vilcheña dentro de un par de semanas con la alegría del reencuentro con familiares y amigos y la esperanza de que crezca la vegetación que con las últimas lluvias podría acercarse a ese verde manto que alivia la alimentación del ganado. Cuando lleguen, las ovejas, distribuidas en la fincas de Plazuelas, Encamillos, Dehesa Las Yeguas, La Casería y Zambrana, permanecerán 6 meses y medio hasta el ecuador de la primavera.

Ismael Martínez, uno de los pastores trashumantes, presidente a su vez de la Mesta de la Sierra de Albarracín, aclara que los ganaderos que hacen la trashumancia a pie por la vereda de la Real Conquense son de Guadalaviar y de Frías de Albarracín: «La vereda la hemos iniciado con preocupación por la falta de pastos que cuenta Jaén por culpa por la sequía. Confiemos en que la situación climatológica mejore con los 60 litros de agua que nos han dicho que han caído en la zona, además de algún que otro pronóstico favorable en días venideros, para que haya vegetación y el ganado no se tenga que alimentar con pienso, que sería nuestra ruina, más aun considerando el bajo precio del cordero».

Ismael Martínez, pastor de merina de los Montes Universales que participa en el proyecto con la Universidad de Zaragoza, recalca que esta variedad tiene mucho que ver con la trashumancia porque se adapta bien a la climatología: «Los animales aguantan perfectamente la nieve de la alta montaña y resisten su paso por la cañada conquense en condiciones adversas y cambiantes que van desde elevadas temperaturas a mucho frío, pasando por la escasez de agua».

Por su parte, los alumnos que participan en este proyecto, todos ellos de último curso, aprovechan esta experiencia para realizar sus Trabajos de Fin de Grado (TFG) en una iniciativa con tan buena acogida que ha despertado el interés de otras universidades, que se han sumado al proyecto.