¿Qué comían los iberos en suelo jienense hace 2.300 años?
Salazón, ahumados, guisantes... El Museo Íbero acoge un taller para difundir la investigación arqueológica desde la gastronomía
El Museo Íbero de Jaén acogió este fin de semana una original experiencia de arqueología gastronómica que permitió degustar los platos que consumían los pobladores ... de la Península Ibérica hace 2.300 años. La actividad, impulsada desde la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico con el objetivo de difundir la investigación arqueológica a través de la gastronomía, consistió en un showcooking con el chef del parador nacional de Antequera, José Damián Partido Ruiz, y la arqueóloga Lidia Ligero. En primer lugar tuvo lugar la conferencia sobre la alimentación en la etapa ibérica y después un showcooking en el que se realizaron y degustaron en directo recetas elaboradas con los sistemas de cocina íbera y productos de uso común en esa etapa.
¿Y qué comían los íberos? Estos pueblos prerromanos que habitaban Iberia en la Edad del Hierro mantenían unas costumbres culinarias heredadas del Neolítico donde cereales como el trigo, la cebada o la avena y legumbres como garbanzos, habas, guisantes constituían la base de su dieta. La forma tradicional de preparación, cocidos, en gachas y también como pan o tortas. Carnes o pescado se consumían de forma ocasional, obteniéndose productos secundarios como leche o lana. Todo ello se ha deducido gracias a a los utensilios encontrados y a la paleocarpología, disciplina que se dedica al estudio de semillas y frutos en los restos hallados.
«Es una cocina basada en la supervivencia, en el producto de temporada y en la conservación de los alimentos mediante su secado en salazón o ahumado», aseguró Partido en una comida realizada en el Parador de Antequera según recoge su web, autor del libro 'Gastronomía íbera ¿El fin de una cocina o el origen de nuestros fogones?'. Entre los platos, garo íbero, una pasta ligera de pescado servida sobre pan de cebada, posible antecedente del popular garum romano; moretum, crema a base de queso, ajo, hierbas locales y aceite de oliva;gachas frías con poleo y carne seca, un 'antecedente' del gazpacho; o una ensalada de rapónchigo, flores, nueces o huevo. «Con esta iniciativa se ha logrado dar a conocer los sistemas de trabajo con los alimentos documentados en época íbera, tradiciones que aún perduran y productos de esa etapa y la actual», indicó el delegado territorial de Cultura, Jesús Estrella.
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