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FOTOS: RAMÓN L. PÉREZ

La facultad de Educación de la UGR se vuelca con las chicas que han denunciado casos de acoso por parte de un profesor

Con proclamas como «Tenéis que educarnos, dejad de acosarnos» o «Fuera el machismo de la Universidad», cientos de jóvenes se han sumado a la concentración contra los presuntos abusos en la institución granadina

Jueves, 4 de abril 2019, 14:51

«No estás sola». En cada uno de los lemas gritados por los participantes en la concentración celebraba este jueves en la Facultad de ... Ciencias de la Educación en contra de los presuntos casos de acoso por parte de un profesor se plasmaban dos mismas ideas que los allí presentes querían que calaran en lo más hondo: estaban en contra de cualquier tipo de acoso y apoyaban sin fisuras a las seis jóvenes que han dado un paso al frente y han denunciado estos hechos. Unas denuncias que la UGR ya ha llevado a la fiscalía. Y es que, como las pancartas y las proclamas señalaban una y otra vez, no estuvieron solas, sino que les acompañó más de un millar de jóvenes de todas las edades y facultades para luchar unidos «por sacar el machismo de las facultades».

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La cita estaba prevista para las una de la tarde en la facultad de la Universidad de Granada, pero eran ya tantos y tenían tantas ganas de alzar su voz y gritarle «no al machismo» que no pudieron esperar. No habían dado las 12.40 horas cuando los cánticos irrumpieron en el interior del edificio de la facultad de Educación. «No cabe un alma aquí, es impresionante», comentaba una joven a su acompañante al intentar hacerse hueco entre el gentío. «Es increíble, pero tenemos que acabar con esto», decía otro.

Así, cada rincón del lugar poco a poco acabó ocupándose hasta el extremo de cientos de voces que se habían cansado del silencio y el miedo. Escaleras, aulas, la propia entrada... En cada parte del edificio, decenas de alumnos con carteles, la cara pintada de violeta o simplemente alzando sus manos y su voz se unían en un único ser.

«Estos casos de acoso son cosas que siempre se ha oído y sabes que pasan, pero cuando te enteras de un caso concreto, que pasa en una facultad que está a escasos metros de la tuya y le pasa a una joven más o menos de tu edad, te da miedo y rabia porque hoy han sido ellas, pero podríamos haber sido cualquiera de nosotras. Y esto hay que pararlo ya», decía rotunda Lorena entre el gentío. «Lo que sentimos es vergüenza e indignación porque tengamos que vivir algo así en nuestras propias facultades y encima por parte de un profesor. Nosotras teníamos hoy prácticas y hemos pedido permiso, como han hecho otros muchos compañeros, para venir aquí y demostrar que estamos hartos y no vamos a consentir que esto siga pasando», explicaba Marina junto a su amiga Rosa.

«Tenéis que educarnos, dejad de acosarnos», «Fuera el machismo de la universidad», «Hermana, aquí está tu manada» y un sinfín de lemas inundaron la entrada de la Facultad durante casi una hora. Pero ya eran muchos, apenas cabían, debían salir al exterior. Allí, junto con una batucada que puso el punto de ritmo a una cita marcada por la emotividad y la rabia, se leyó el manifiesto creado por los convocantes.

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El fin del silencio

«Sabemos que a partir de hoy saldrán muchos más casos, porque hoy demostramos que somos mayoría. No vais a estar solas», proclamaba uno de los portavoces. «Esto pasa a diario y está siendo silenciado, por eso ha tenido tanto impacto: es una realidad silencia a la que hay que darle voz y alcance, reconocerla e intentar corregirla y sancionarla cuando ocurra porque la realidad es que nos están acosando», señalaba otra.

Con cada una de sus palabras, las escaleras y el aparcamiento de Educación, repletos de estudiantes, se sumían en una marea de ruidos de unión y apoyo. Pero el momento de máximo respaldo llegó cuando se leyeron unas palabras escritas por la primera joven que denunció estos hechos y que provocó que otras cinco chicas contaran su experiencia y se atrevieran a denunciar también. «He sufrido mucha impotencia al saber que el proceso podía durar un año y que la máxima pena para el profesor podría ser de un año de suspensión de empleo. Y también ante la posibilidad de volver a tenerlo como profesor. También he sentido miedo al ser una situación desconocida y me he sentido frustrada por haber tenido que vivir esta situación y más por parte de un profesor, que debería ser referencia para nosotros». De igual modo, se señaló: «La mejor parte de esto es ver que otras compañeras han dado el paso y han compartido su experiencia. No estamos solas».

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«No te calles»

Desde la organización de la convocatoria, quisieron dejar claro que reconocen que el protocolo de actuación que tiene la Universidad de Granada para tratar este tipo de hechos es de los mejores de España, pero que sigue sin ser suficiente y por ello reclamaban cambiarlo. Tal y como explicaron, no querían una lucha contra la universidad, sino un trabajo conjunto para conseguir que este tipo de hechos se acaben, que el silencio se evapore y que se mejore el protocolo para reconocer este tipo de situaciones, saber reconocerlas e intentar corregirlas y sancionarlas cuando esto ocurre. «Por desgracia, este tipo de abusos son habituales. Lo que no es habitual, por desgracia, es que denuncien», indicaba uno de ellos tras la concentración. Asimismo, durante el acto señalaron que la rectora, Pilar Aranda, les iba a recibir al día siguiente para tratar el asunto.

Por su parte, Pilar Aranda quiso mostrar su apoyo a los estudiantes a través de su perfil de Twitter: «Como mujer, como universitaria y como rectora, todo mi apoyo a las movilizaciones y reclamaciones del estudiantado. Trabajaremos decididamente para erradicar definitivamente el acoso de nuestra universidad y de la sociedad. Ante el acoso, no te calles». Estas muestras de apoyo se han presentado también entre otros miembros del profesorado y la institución. Uno de los ejemplos es la presencia del vicerrector de Estudiantes, José Antonio Naranjo, en la concentración, donde ha asegurado que él no está «contra nadie», en alusión al profesor, sino contra todo tipo de acoso.

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