González pide «paciencia, tranquilidad y confianza» para el comienzo de liga

Como es habitual en estas fechas, la plantilla, directiva y cuerpo técnico pasó por la ermita de la Virgen de Linarejos para pedirle a la patrona de la ciudad su protección en la dura batalla que se avecina y depositar los capitanes un ramo de flores a los pies de la imagen.

De lo que han sido los últimos dos meses, habló en la sala de prensa minutos antes Alberto González. La afición no ha terminado de ver fino al equipo, y él tampoco.

El técnico no llega todo lo contento que debiera a este primer envite del calendario porque «la pretemporada ha sido un tanto especial; ha tenido diferentes dificultades. Por un lado, el cambio tan grande de plantilla hace que tengas que empezar de cero con muchísimos conceptos y nuevos jugadores».

Otro de los motivos que argumento fue que «cuando firmas a alguien, es porque lo conoces de alguna manera o porque lo has tenido antes en otro club, o lo has visto en vídeos, o sobre el campo, pero hasta que no lo tienes dentro de un conjunto y un contexto, no sabes cómo te va a responder y necesitas más pruebas. Los jugadores han llegado con cuentagotas en el tiempo».

Y la plantilla no está cerrada, falta por llegar un delantero que será el portador del dorsal 9, hoy sin dueño, y para el que el Linares debe encontrar algún chollo de última hora en el mercado. Incluso podría venir un sub-23 más en otra posición, así lo dijo días atrás el director deportivo, Miguel de Hita.

González siguió analizando este punto en concreto como «otro handicap, que debemos ir al mercado a buscar jugadores que han tenido un año malo, por distintas circunstancias, lesiones, por no tener continuidad, y eso alarga los plazos de puesta en forma individual. Hay jugadores que van llegando a su estado óptimo de forma ahora, pero su mejor versión está lejos y la iremos viendo antes o después».

El cuarto de los cinco motivos por los que el equipo minero no llega al estreno en las condiciones que le gustarían al técnico malagueño, fue que «tuvimos que adaptarnos a trabajar en césped natural durante varias semanas, y adaptarnos a montar una pretemporada de partidos en esta zona, donde tampoco hay tantos equipos de tu categoría, ni tantos campos de césped natural».

Por último, González añadió en su análisis que «todo ha hecho que la pretemporada sea compleja y esto enlentece el proceso de formación del equipo y de adaptación unos con otros, a la idea de juego. Así que tardaremos un poco más de lo que nos gustaría en estar preparados para competir al nivel que queremos dar, será cuestión de tiempo».

Pese a todo lo expuesto, para el entrenador minero lo importante es afrontar este comienzo de liga «con tranquilidad y paciencia. Ser conscientes, tener los pies en la tierra, dónde estamos, de dónde venimos, qué presupuesto tenemos, la cantidad de cambios que se han hecho… Ese punto de paciencia es necesario, tranquilidad y confianza».

Recordó que el Linares parecía condenado al descenso el curso pasado, se vendió un discurso de sufrimiento, el «vamos a sufrir como perros» de Miguel Linares, y la naturalización de las derrotas de Sandroni «porque los rivales son muy buenos». Luego aterrizó Alberto de nuevo en Linarejos y el equipo acabó jugando por el ascenso en Riazor.

«Miremos el año pasado en la jornada 10 estábamos donde estábamos y nos dio tiempo a llegar con todos los cambios, contratiempos y lo costó armar ese bloque. Hemos ido más lentos en el proceso de formación del equipo, pero vamos más adelantados que el año pasado respecto a mí, que llegué en la jornada 5 y tuvo que darle forma a una idea de juego diferente. No podemos quejarnos», concluyó con un mensaje positivo Alberto González.