Pasa ocho años en prisión por una violación que no cometió

El día 13 de agosto, sólo un día después de la denuncia, E.Z.E.K. entraba en prisión provisional a la espera de la celebración del juicio oral que se celebraría en la Audiencia Provincial de la capital almeriense. Para ello tuvo que esperar, privado de libertad, hasta el 20 de mayo de 2002. En el desarrollo del juicio, la denunciante F.M. fue llamada a declarar como testigo y pese a haber sido advertida con los oportunos apercibimientos legales y prestado juramento de decir verdad, ratificó la denuncia de violación interpuesta contra E.Z.E.K.

En el juicio declaró como testigo una amiga de la víctima, K.F. también de origen marroquí, y su relato de los hechos también fue determinante para sentenciar al agresor sexual. Posteriormente, en fecha 25 de junio de 2002 se dictó sentencia condenatoria por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería, condenando a una pena de 13 años de prisión por un delito de violación con uso de armas a E.Z.E.K., fundamentalmente en base a la declaración prestada en el acto del juicio oral por la supuesta agredida F.M., apoyada por la testigo K.F.

La defensa del marroquí condenado recurrió ante el Tribunal Supremo, pero la sentencia fue confirmada por la Sala Segunda del Alto Tribunal que, mediante auto de 6 de marzo de 2003, no admitió el recurso de casación interpuesto por E.Z.E.K., quien actualmente sigue en prisión por aquellos hechos.

La amiga mintió

Sin embargo, la agresión sexual de aquella noche de agosto del año 2001, así como la declaración de su amiga, testigo en el juicio, eran mentira. La única realidad era que otro hombre, también de origen magrebí, S.R., había tenido ciertas desavenencias con E.Z.E.K y, movido por la venganza, se valió de su amiga K.F. que, como queda dicho, declaró como testigo principal, para convencer a F.M., que vivía y dependía de ella, para que denunciara y acusara a E.Z.E.K, por violación.

Todo era mentira

Todo dio un giro de 180 grados el 4 de octubre de 2007, cuando la joven, que tenía 26 años, decidió poner fin a la injusta situación creada por la que un hombre inocente llevaba más de seis años en prisión. Ese día interpuso una denuncia contra el hombre y la mujer que la habían obligado a inventarse una violación que nunca existió.

Las circunstancias de la legislación española, sin embargo, permitieron que por este delito de falso testimonio, sólo respondiera la propia F.M. Y todo porque para los que indujeron a la joven a cometerlo, su delito ahora denunciado había prescrito, mientras que para la joven supuestamente violada, aún estaba vigente, ya que entre la ratificación de la denuncia por violación hecha el día 20 de mayo de 2002 y la nueva denuncia realizada por ella reconociendo lo sucedido, el día 3 de mayo de 2006, no habían pasado los cinco años exigidos por el ordenamiento jurídico.

Por esta razón, la joven fue condenada hace tres días, el 25 de febrero de 2009, como autora de un delito de falso testimonio apreciándose como atenuante haber colaborado con la Justicia, a tres años de prisión y multa. Por su parte, la que era su amiga, K.F y S.R., fue absuelta por la extinción de su responsabilidad criminal en el caso.