Porcuna 'pone los ojos' en Mérida
El municipio quiere ser un referente en conservación del patrimonio, con un ambicioso proyecto para sacar a la luz un gran anfiteatro
En el año 2015 operarios del Ayuntamiento de Porcuna limpiaban el margen de la carretera que va a Valenzuela cuando, sin esperarlo, dieron con unas ... piedras de gran tamaño. Piedra que estaba trabajada y que, desde el primer momento, sorprendió a los operarios, que dieron parte al Ayuntamiento, y éste, a su vez, a los arquitectos. No hizo falta mucha investigación para saber con qué se habían topado. Ya hacía tiempo que habían llegado a manos de arquitectos e historiadores locales archivos, procedentes del Archivo Histórico Nacional, en los que se mencionaba un edificio público de época romana en la zona. Un anfiteatro.
«Se pidieron los permisos a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y empezamos a excavar. Podíamos intuir por donde iban los restos, pero no sabíamos la envergadura», explica Pablo Millán, arquitecto director de la obra que el Ayuntamiento acomete para sacar a la luz una mínima parte de los restos que se conservan de este anfiteatro. Concretamente, en estos cuatro años y con una inversión de, aproximadamente 300.000 euros, han restaurado un pequeño fragmento de entre 25 o 30 metros de la fachada suroccidental.
Esos metros son una «mínima parte» de una infraestructura que promete ser de «grandes dimensiones», que el arquitecto aún no se atreve a anunciar. El alcalde, Miguel Moreno, sí. «Estamos hablando de uno de los anfiteatros, junto con el de Mérida, Tarragona y Cartagena, de mayor dimensión y mejores calidades, datado en el siglo I antes de Cristo, y que se construyó antes que el Coliseo de Roma. Creemos que puede tener una importancia tremenda en materia arqueológica», defiende Moreno.
En un mes comenzará la restauración de la cisterna romana, con casi 2 millones de inversión prevista
«Estamos hablando de un anfiteatro que se construyó en una época en que la ciudad de Obulco tenía unas dimensiones de 100 hectáreas», contextualiza el arquitecto, que reconoce que cuando comenzaron a escarbar pensaban encontrar estructuras de piedra de aproximadamente metro y medio y finalmente han sido de nueve metros.
Con el final de este mes de septiembre concluye la tercera fase de excavaciones y el Ayuntamiento 'se planta'. El alcalde asegura que ya ha puesto todo el presupuesto del que es capaz una administración tan pequeña y lo ha hecho para demostrar al resto de administraciones el valor de lo que se esconde bajo tierra. «Se trata de un descubrimiento de gran valor, no solo para Porcuna, ni para la comarca de la Campiña Norte, sino para la provincia de Jaén, Andalucía y España». Dicho esto, ahora espera que sean otras administraciones superiores las que aporten para continuar con un proyecto que se prevé largo y costoso, pero que merecerá la pena según los expertos.
Tal y como explica Millán, como la ciudad tiene más de 60 siglos de presencia ininterrumpida en el mismo sitio, siempre se ha construido encima. Eso supone que hay una parte del anfiteatro bajo tierra que no tiene construcciones encima y otra parte que sí está urbanizada. La idea es, si otras administraciones aportaran inversión, comenzar por la parte que no tiene viviendas encima y avanzar con un proyecto más ambicioso, similar al que se dio en Mérida. «Allí se planteó una intervención a largo plazo, en el que las casas poco a poco se fueron comprando y se fueron derribando para poder ir recuperando el anfiteatro. En Mérida incluso llegó a haber una plaza de toros encima, y eso no fue un impedimento para sacarlo a la luz», cuenta el arquitecto.
Cisterna romana
No es la única obra de gran valor histórico y de gran envergadura que hay en marcha en estos momentos en Porcuna, localidad de poco más de 6.000 habitantes, que a pesar de su tamaño aspira a convertirse en un referente en la conservación del patrimonio. La otra gran obra es la cisterna romana de 'La Calderona'.
Una cisterna de la que, desde hace tiempo, se sabía de su existencia, aunque se conocía como las Cuevas de San Benito, que incluso sirvieron de refugio durante la Guerra Civil. Según explica el arquitecto Pablo Millán, que también dirige esta obra, hace siete años se pidió el 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, y rechazaron el proyecto, que finalmente fue aprobado en marzo de este año 2019 y contará con un presupuesto total de 1,7 millones de euros, de los que el Ministerio financiará el 70 por ciento.
El proyecto contempla la restauración de la cisterna, la construcción de un centro de visitantes y un túnel que irá desde el centro hasta la cisterna, pasando por debajo de un camino.
Si todo marcha según lo previsto, las obras comenzarán en el plazo de un mes aproximadamente. Una vez que esté terminado, se habrán restaurado 33 grandes pilares de piedra que configuran un colector de agua de 200 metros cuadrados de dimensión, que «lleva 2.000 años funcionando con agua cristalina».
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