Un policía de Quesada rescata a un buitre leonado herido
Hace cinco años, el mismo agente y su compañero rescataron a un buitre negro en la carretera del Puerto de Tíscar
josé antonio garcía-márquez
Miércoles, 4 de agosto 2021, 18:23
Salvador Segura, policía local de Quesada, ha vivido una situación que le ha llevado a actuar bajo el código de conducta de respeto y solidaridad ... con el que hay que emplearse en la naturaleza. El agente recibió la llamada de una vecina de la localidad que le comunicaba haber detectado la presencia de un ejemplar de buitre leonado en el paraje quesadeño de La Majuela. La mujer mostraba su preocupación porque la rapaz, uno de los pocos buitres que se pueden encontrar en Europa junto al buitre negro, el alimoche y el quebrantahuesos, mostraba signos evidentes de estar herida.
Hasta el lugar se trasladó Salvador Segura quien, tras dar con el animal y comprobar que sufría la fracturación de una pata, le llevó a las instalaciones municipales para proporcionarle agua y cuidados de auxilio hasta conseguir que el ave recuperara su benévola mirada habitual. Después contactó con el Centro de Recuperación de Aves de Cazorla para lograr su sanación definitiva.
En Quesada se valora tanto la colaboración ciudadana como la respuesta firme de Salvador, policía municipal con experiencia en este tipo de rescates ya que en 2016, en aquella ocasión acompañado por su compañero Elías, consiguieron salvar la vida a un buitre negro. Los agentes circulaban por la carretera del Puerto de Tíscar, a la altura del cortijo de Fique dirección Belerda, para cubrir una incidencia en la aldea quesadeña que esos días se hallaba en fiestas. El reloj se aproximaba a las dos de la tarde y sobre la zona castigaba un sol de justicia que hacía que la temperatura rondara los 40 grados.
En aquellas circunstancias, Salvador conducía, mientras que Elías contemplaba un panorama que le permitió advertir como un buitre negro descendía en trazado lateral a gran velocidad en dirección a la ventanilla del conductor que en esos momentos permanecía abierta. El movimiento mecánico del coche hizo que finalmente el buitre impactara con la ventanilla trasera, circunstancia positiva porque la sorpresa del conductor fue menor que si se hubiera empotrado en la de adelante. El hecho pudo ser determinante para no sufrir un accidente.
Los policías detuvieron el vehículo, tomaron en brazos al aturdido animal, lo airearon, rehidrataron, espabilaron y lo colocaron en la parte trasera, que lo primero era la urgencia de Belerda, pero tampoco era cuestión de abandonarlo a su suerte, más aun con la sospecha fundada era que había sufrido un golpe de calor.
Cumplido el servicio en la aldea, los dos policías quesadeños ampliaron el proceso de reanimación y partieron rumbo al pico Picones, punto elevado del Puerto de Tíscar donde en otras ocasiones los guardas forestales han soltado aves de esta especie tras un proceso de reanimación. Salvador y Elías dejaron un par de minutos al buitre bajo la sombra de una carrasca, tiempo más que suficiente para que el animal emprendiera el vuelo y se uniera a una bandada de aves carroñeras que sobrevolaba el paraje natural que une Quesada con Pozo Alcón. Los policías regresaron a Quesada con el doble objetivo resuelto. Ahora, cinco años después, se repite la historia.
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