El embalse del Rumblar, que estaba en estado crítico, triplica su reserva de agua en una semana y el Dañador llega al 100%

Aunque no se pusieron sobre la mesa cortes horarios del suministro y sí otras limitaciones en el uso del agua y en los riegos, estos sobrevolaban a la población si continuaba sin llover. Este mes de diciembre sus reservas cayeron por debajo de los dos dígitos, al 9%, y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) lo situó en nivel de «emergencia». Este viernes por la mañana estaban por encima del 28%. El panorama ha cambiado radicalmente en días.

Hace únicamente una semana se hallaba, en concreto, al 9,95% de su capacidad, con 13,93 hectómetros cúbicos (hm3). Las necesidades al año para abastecimiento y regadíos, sin restricción alguna, superan los 30 hm3. Y ni siquiera eran 13,93 hm3 de agua que pudiera usarse, porque unos cuatro corresponden a lodos y también hay que tener en cuenta el caudal ecológico y las evaporaciones, por lo que apto para consumo humano quedaban unos 7 hm3. Este viernes contaba con 40 hm3.

Según la información del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), de la CHG en su consulta por horas, este viernes exactamente el embalse alcanzó el 28,56%.

Por su volumen y la cantidad de población que depende de él El Rumblar es el caso probablemente más llamativo, pero la situación de los embalses jienenses ha mejorado en general. El del Dañador incluso está lleno, al 100% de su capacidad, al ser de pequeño tamaño en comparación con otros jienenses (4,13 hm3).

Los pantanos de la provincia, de media, se hallaban al 22% en la mañana de este viernes, con casi 550 hm3, cuando hace una semana se encontraban al 16,9% con 399 hm3. Las previsiones son además de más precipitaciones durante la jornada de hoy y la de mañana, aunque en menor medida que los días anteriores. En cualquier caso, las primeras lluvias de este mes permitieron corregir el déficit de humedad que tenía el terreno después de varios meses secos, pudiendo así aprovechar todas las escorrentías a partir de ese momento.

A pesar de este aumento significativo todavía hacen falta muchas más precipitaciones durante este otoño e invierno para que el sistema recupere su estado de normalidad y los riegos puedan volver al cien por cien en el campo, sin limitaciones. De hecho, actualmente los pantanos tienen aún menos agua que hace justo un año, entonces al 24%, en estado de sequía ya declarado por la CHGy con el regadío condicionado a una dotación menor por la escasez. Hace dos en estas mismas fechas estaban al 29% y hace tres al 36%.

Aparte del Rumblar, el Tranco de Beas ha pasado del 20 al 23%, el Aguascebas del 49% al 76%, el Guadalmena del 15 al 19%, el Dañador del 47% al 100%, el Guadalén del 11% al 27%, el de Siles del 25% al 36%, el Giribaile del 13% al 16%, La Fernandina del 26% al 36%, el Quiebrajano, que abastece entre otros municipios a la capital, del 23% al 25%, el Víboras del 26% al 33% y el Jándula del 13% al 19%.